Política

Los jóvenes que ven a Morena como el sistema

Morena nació como un partido que desafió el estatus quo de la transición. Nuestro andar a la democracia nos dejó un modelo de tres partidos políticos (PAN, PRI, PRD), un árbitro autónomo y un régimen de descentralización hacia estados y municipios. El régimen de la transición comenzó su muerte antes de 2018, pero formalizó su desaparición con las reformas impulsadas por Andrés Manuel López Obrador. Morena nació y creció a través de su afrenta con el sistema. 

El Pacto por México, que unió a los tres partidos de la transición bajo las mismas causas, terminó de enterraron la legitimidad del sistema. Morena capitalizó la pérdida de confianza ciudadana en la incipiente democracia y comenzó con el proceso de destrucción institucional que hemos visto en los últimos siete años. La legitimidad de Morena se construyó desde una base discursiva simple: el pueblo acompaña a López Obrador a destruir el régimen que sólo favorece a las oligarquías. No obstante, el tiempo ha pasado y vivimos tiempos líquidos en la política. Todo lo sólido se desvanece en el aire, citando la obra de Marshall Berman y la frase de Karl Marx sobre la religión y la relación entre lo sagrado y lo profano.

Sin embargo, cabe la pregunta: controlando todos los poderes del Estado, ¿Morena puede seguir apelando al antisistema? ¿Morena puede considerarse el partido que rompe con el estatus quo cuando tiene en sus manos todos los cambios que el país reclama? ¿Los jóvenes ven en Morena el símbolo de la lucha contra el sistema que los lastima?

Una serie de datos para ilustrar la discusión. En 2027, la próxima elección intermedia, podrán acudir a votar aquellos mexicanos nacidos en 2009. Es decir, jóvenes de 18 años que llegaban al mundo cuando Felipe Calderón veía declinar su poder frente al PRI de Enrique Peña Nieto. Nacieron cuando el sistema económico global colapsó con aquello que conocemos como la Gran Recesión. Los años de Obama en Estados Unidos y la fe global en los valores democráticos. Esos jóvenes entienden poco de Genaro García Luna, el 68 o el IFE. Son jóvenes que comenzaron su politización con Morena como fuerza emergente a partir de 2015. La Generación Z tiene su origen en los nacidos en 1997; es decir, todos los Z han votado con Morena como la fuerza política en crecimiento o en el Gobierno. Para ellos, Morena es el sistema. 

Por ello, la respuesta furibunda de la Presidenta a las marchas de la Generación Z; por eso lo primero que dijo fue: no son los jóvenes. Los datos electorales no le dan a Morena las mayorías electorales entre los jóvenes, que sí tienen entre los adultos mayores. En muchos estados del país (Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León, Veracruz, Querétaro, Chihuahua, Baja California, Sonora), Morena se mantiene del votante que tiene más de sesenta años. Quitando a dos o tres políticos de peso en Morena, el resto del grupo de poder en Morena son personas que nacieron en los cincuenta o en los sesenta. Gobierna una generación que nada tiene que ver con los problemas de los jóvenes. Morena sabe que una fisura a su hegemonía está entre los menores de 30 años. Entre aquellos que ven en Morena a los responsables de los problemas nacionales y que no identifican al partido de Sheinbaum como el vehículo de una revolución transformadora. A pesar de ello, Morena sigue creyendo que los jóvenes les pertenecen. 

De acuerdo con los datos abiertos del INE, en 2027, 30 millones de mexicanos con derecho a votar tendrán entre 18 y 29 años. Es decir, apenas son conscientes de las batallas políticos que precedieron a la hegemonía de Morena. De acuerdo con las encuestas publicadas, este grupo es el más crítico con la estrategia de seguridad, con la política de vivienda, con la precariedad del mercado laboral y con la falta de seguridad social. Es la generación abandonada a su suerte. Es la generación que sufre el modelo político de Morena: destruir la red de protección social para después entregarla en efectivo a sus aliados políticos. Becas y dinero regalado no es lo que pide esta generación. Morena cree que los jóvenes deben votar por ellos porque les dan becas o programas como jóvenes construyendo el futuro. No obstante, los jóvenes aspiran a otra cosa. 

La respuesta virulenta del régimen es proporcional al tamaño de la amenaza. Seguramente Morena parte con ventaja para revalidar mayorías en 2027, pero también es cierto que comienza a cocinarse un voto de protesta entre los jóvenes, particularmente aquellos que viven en las ciudades. Muchos países han visto como los regímenes populistas caen frente a la ola de indignación juvenil. Como dijera Bertold Brecht, una crisis es aquello en donde lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer. Morena quiere destruir aquello que está naciendo antes que pueda amenazar su hegemonía política. Quiere descalificar a los jóvenes antes de que puedan ser un auténtico movimiento frente al mal gobierno. 


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Enrique Toussaint
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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