Política

¿Por qué odian a Lorenzo y a Ciro?

Ni el crimen organizado se ha merecido tantos insultos de políticos de Morena como Lorenzo Córdova y Ciro Murayama. La animadversión de la autollamada 4T contra estos dos consejeros se palpa en cada declaración. Les han hecho campañas en redes sociales, comparecencias legislativas inquisitoriales, insultos por doquier. Tras tanto odio derramado, la pregunta es: ¿por qué les importan tanto lo que hacen Córdova y Murayama? ¿Qué amenaza suponen dos consejeros electorales? ¿Han incumplido su labor y su compromiso con la democracia y la constitución?

Los defensores del Gobierno suelen decir que la animadversión es producto del protagonismo político de ambos consejeros. Repiten como mantra el argumentario: Lorenzo y Ciro se comportan como personeros de la oposición. No respetan su investidura y más que árbitros imparciales se comportan como adversarios políticos de Morena. ¿Es verdad eso? Más allá de las formas, ¿Lorenzo y Ciro han pasado alguna línea roja que un consejero electoral no debería cruzar? El trabajo de un consejero electoral es garantizar condiciones de equidad en la lucha por el poder. Una cancha pareja. ¿En alguna ocasión han fallado en tal encomienda? ¿Se han acercado, en sus decisiones, a la oposición? Más allá de declaraciones sacadas de contexto, no encuentro ejemplo alguno.

La realidad es que odian a Lorenzo y a Ciro porque han decidido no quedarse callados frente a las agresiones de Morena contra el árbitro electoral. Les molesta que los consejeros electorales ejerzan la libertad de expresión que ellos tanto defienden para el presidente de la República. Les molesta que den entrevistas con medios de comunicación y defiendan sus posturas. Hasta una entrevista con Brozo les parece inaceptables. Los quieren calladitos como “momias”. Estos consejeros que tanto acosan son los mismos que actuaron correctamente y honraron a la democracia en 2018 cuando AMLO arrasó en las urnas. La incongruencia moral: si gano es a pesar del INE, si pierdo es por la culpa del INE.

Odian también a Lorenzo y a Ciro porque han ejercido un papel de vocería de un órgano del estado mexicano que es querido por una mayoría de la ciudadanía. Es decir, el INE tiene credibilidad y legitimidad. Diría más: las encuestas muestran que el árbitro es más popular que el presidente. Y eso que tenemos a un presidente enamorado de su popularidad. Eso calienta a los seguidores de AMLO acostumbrados a pisar a una oposición ilegitimada por los escándalos de corrupción del pasado. Al INE no lo pueden tumbar tan fácil como al PRI de “Alito”. El INE es una institución que, con todos sus errores, garantiza que nuestro voto cuente en serio. El INE es una empresa ciudadana que cada elección encabeza el esfuerzo de cientos de miles de mexicanos que cuidan la democracia en cada municipio y cada distrito. Hoy sabemos que el resultado que anuncia el INE es el espejo de las preferencias políticas de los mexicanos. En la historia de México, ése fue y es un paso gigante.

Los odian también porque no les han podido encontrar nada. El Gobierno opera a través de la Unidad de Inteligencia Financiera para doblar a sus adversarios. No sé si la trayectoria de Lorenzo y Ciro sea ejemplar, pero lo cierto es que más allá de un refrito de grabaciones de 2015, no han podido manchar de corrupción a los consejeros.

Aunque el fondo de todo es político: la autollamada 4T aborrece a Lorenzo y a Ciro porque no se ponen como tapetes para que el Gobierno destruya al INE.

Enrique Toussaint

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