Política

Llovió

La crisis del agua en Nuevo León se ha convertido en una realidad angustiante para los habitantes de la región. A pesar de contar con presas llenas y una infraestructura hídrica significativa, la escasez de agua parece ser el pan nuestro de cada día y sigue afectando a miles de regiomontanos, pese a que lo que nos recete cada mañana el Arquitecto Barragán, titular de Agua y Drenaje de Monterrey. Este problema, lejos de ser únicamente una cuestión técnica, refleja profundas fallas en la gestión gubernamental, aun cuando contaron con suerte, ya que llovió.

Estamos a una semana del paso de la tormenta tropical Alberto; cierres viales, desbordamiento de ríos y arroyos aunado a la desesperación por falta de agua dejan de manifiesto la ausencia del Arquitecto Héctor Benavides, quien fue un símbolo de solidaridad y compromiso comunitario en Nuevo León. Su presencia en los medios, siempre dispuesta a ayudar y promover iniciativas de apoyo mutuo, era un faro de esperanza en tiempos de crisis. Su legado, caracterizado por una generosidad incansable y una dedicación sin igual para ayudar a los necesitados, es hoy más necesario que nunca, ya estaría viendo qué hacer por nuestros hermanos al sur del estado.

El paso de la tormenta tropical Alberto, que recientemente afectó gravemente a la región, las inundaciones causaron daños significativos a las viviendas, carreteras y servicios básicos, dejando a cientos o incluso miles de personas en una situación precaria. Ante este escenario, uno esperaría ver una respuesta masiva de solidaridad por parte de la población y de las autoridades locales, similar a la que se vivió tras el huracán Alex en 2010. Sin embargo, la realidad ha sido muy distinta.

Hace más de una década, Alex dejó una estela de destrucción en Nuevo León. Las imágenes de calles anegadas, puentes colapsados y familias desplazadas se grabaron en la memoria colectiva. La respuesta inmediata de los regiomontanos fue ejemplar: vecinos ayudando a vecinos, organizaciones civiles movilizándose y una serie de programas de ayuda que se activaron para apoyar a los afectados. Esta ola de generosidad y unidad social fue crucial para la recuperación del estado.

Si bien es cierto fue menor la intensidad de la lluvia, ¿dónde está esa generosidad ahora? La respuesta a la crisis provocada por Alberto ha sido mucho más tibia. A pesar de las llamadas de emergencia y las campañas en redes sociales, la movilización ciudadana no ha alcanzado los niveles esperados. La fatiga de desastres, el individualismo creciente y una confianza erosionada en las instituciones pueden ser factores que expliquen esta apatía. La ausencia de líderes comunitarios visibles y comprometidos, como el Arquitecto Benavides, también ha dejado un vacío en el tejido social.

El Gobierno de Nuevo León, encabezado por Samuel García, ha enfrentado críticas por el manejo de la crisis del agua y la respuesta a los desastres naturales. Aunque se han anunciado planes y proyectos para mejorar la infraestructura hídrica, éstos han sido insuficientes y faltos de eco en el Congreso del Estado. La percepción de ineficiencia administrativa han minado la confianza de los legisladores. Es evidente que se necesita una estrategia integral que no solo aborde los problemas técnicos, sino que también fomente la participación ciudadana y la colaboración interinstitucional.

La lección olvidada del huracán Alex es que la gestión de desastres y la infraestructura hídrica no pueden ser abordadas de manera aislada.

La preparación y la respuesta ante emergencias requieren de una visión a largo plazo, inversiones sostenidas y, sobre todo, un sentido de comunidad.

La solidaridad y el apoyo mutuo son fundamentales para superar las crisis, pero estos valores deben ser cultivados y reforzados constantemente.

En Nuevo León, los efectos de la tormenta Alberto son un llamado urgente a la acción y a la reflexión. Necesitamos recuperar la generosidad y el espíritu comunitario que nos ayudaron a superar desastres pasados. 

No podemos permitir que las lecciones del pasado caigan en el olvido, no debemos olvidar las enseñanzas del Arqui Benavides; debemos aprender de ellas y actuar con decisión para enfrentar los desafíos presentes y futuros.


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Enrique Burgos-Véliz
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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