Siempre brillaste como una estrella, por tu forma de ser: cariñosa, querendona, aguerrida y luchona. Siempre supe que eras la consentida de mi abuela, porque eras una persona muy especial, y debo decir que eras también mi consentida, lo acepto.
Mi parienta querida, mi prima del alma, mi cómplice perfecta, a un mes de tu partida a la casa del Señor, sé con certeza que estarás con los abuelos Ofelia y Lalo, con mi tío Gil, con mi Lalito de alma y que todos estarán felices de tenerte. Aún así se queda un dolor en nuestro corazón, pero cada día me hago el firme propósito de disfrutar por ti y por mí todo lo que la vida ofrece.
Así te recuerdo, siempre arreglada, “primero muerta que sencilla”, claro que así debe ser; me acuerdo de las muchas anécdotas que en una columna no podría terminar de contar, de las miles de horas de pláticas nocturnas interminables, pero sí muy extrañables.
Como disfrutamos de nuestra compañía, no necesitamos los mejores lugares para compartir, reír y ser felices.
Cuantas aventuras para no dejar de reír, llorar y recordarte mi parienta intrépida. Hoy dejaré en mi memoria los por qués, dejaré de pensar en qué más se pudo hacer por ti, trataré de comprender que simplemente Dios te necesitaba en su casa para alegrarla, porque te fuiste como una estrella, dejando tu estela de luz en todos los que te quisimos y siempre vivirás en mi memoria, ya que fuiste la hermana que no tuve.
Tengo la seguridad de que esa conexión que teníamos la continuaremos por siempre y que tu sabrás encontrar la manera de mandandarme alertas. Saqué valor para abrir mi mano y dejarte partir, porque ya era mucho el sufrimiento; sé que escuchaste todas mis palabras, y sé que te fuiste feliz, enamorada y sabiendo que todo estaba listo y ordenado, así como tú hasta para partir.
La belleza, la sensibilidad, el orden y el amor te acompañaron y te acompañarán por siempre, como dice mi mamá cada día salgo a saludarte en el cielo y sé que eres la estrella que más brilla, para que todos los que te queremos te podamos ver sonreír y que tu luz nos siga iluminando.
Estas son sólo unas pequeñas líneas para ti Elsa Guzmán Garza, mi querida y única “parienta”. Descansa en paz, al lado del Señor .
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