Entre lágrimas, aplausos y flores, el pueblo de Uruapan, Michoacán, acompañó al alcalde Carlos Manzo hasta su última morada. Tenía 40 años. Denunció a la imparable delincuencia organizada. Señaló a corruptos. Entregó nombres a las autoridades federales y estatales.
Durante su sepelio los uruapenses expulsaron al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla al grito de “¡Fuera, asesino!”. La gente salió a las calles. Se volcó en marchas y consignas. El himno nacional volvió a retumbar.
Ayer en Morelia, estudiantes mantuvieron el clamor: “Carlos no murió, el gobierno lo mató…”. La indignación se volvió una onda expansiva que no cesa. Rebasó los límites del municipio, del estado y de la República.
La imagen de Manzo con su hijo en brazos, minutos antes de que le arrebataran la vida, se convirtió en símbolo.
Era un hombre querido. En medio de la podredumbre de funcionarios coludidos con el narco, Manzo decidió romper con Morena y caminar independiente. Alzó la voz. Sus palabras se escucharon. Su presencia creció.
Este sábado 1 de noviembre, durante el Festival de Velas, un ataque directo truncó su existencia. Grecia Quiroz, su viuda, recordó: “aunque apagaron su voz, no apagarán esta lucha”.
Mientras tanto, los subalternos de Ramírez Bedolla reprimieron (ahí están los videos y las fotografías), para luego salir a dar cifras de jóvenes detenidos durante las protestas del domingo. Esas fueron sus prioridades. Contra ellos, sí.
Por su parte, Claudia Sheinbaum habló de la derecha, el conservadurismo, los corifeos, las redes, Calderón, García Luna y Peña Nieto.
Presidenta, las víctimas de los sanguinarios cárteles y sus células (en Michoacán y en todo el país) merecen más que un intento de control de daños y/o más que un cálculo político-electorero rumbo a 2027.
No hay tiempo que perder. La muerte ronda al amparo del hampa en el poder. La sociedad ya lo sabe. Muchas personas reconocerían su valor y entereza. Rompa el pacto.
Aquí entre nos
Hablando de… Una mujer se despidió con la frente en alto. Janine Otálora concluyó su etapa como magistrada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
En los últimos años resolvió en minoría o en solitario. Otálora perdió votaciones (los Felipes y Mónica Soto bastaron para cumplir los deseos de Morena-gobierno). Sin embargo, Janine ganó la admiración de quienes conocieron su trabajo y entereza. Se retiró en medio del aplauso prolongado y la dignidad intacta.