Hidalgo se quedará a partir de este día sin una representación parlamentaria del PRI, ni en el Senado de la República, ni en el Congreso local. Únicamente, en San Lázaro donde se mantiene la fuerza de la dirigencia nacional de Alejandro Moreno y Carolina Viggiano, es donde se han quedado los priistas que tienen que ver por la agenda y temas del estado. De todos, solamente Sayonara Vargas, la diputada federal del distrito 01 en Huejutla de Reyes, es la única representante que ganó en las urnas en las elecciones intermedias y de ahí en fuera, todos son posiciones del partido por la vía plurinominal, incluida la propia secretaria general nacional, el actual dirigente del Comité Directivo Estatal, Marco Mendoza, y la líder del Onmpri, que también es legisladora por listado nacional.
En cuanto a la Cámara Alta, el PRI no contarás más con la representación de sus senadores Miguel Ángel Osorio Chong y Nuvia Mayorga Delgado, quienes de una u otra forma veían por los intereses de la agenda política de su partido y del estado, pero que hoy lucen alejados tanto del escenario nacional, como el de las cuestiones municipales, ni qué decir del poder estatal.
Lo que comenzó en 2018 como una representación inédita para Hidalgo en el Senado, con 5 posiciones, dos de Morena, dos del PRI y una del PAN, se ha quedado solo en las del partido de la 4T, y eso a medias, pues ya no están los titulares de la fórmula que ganó en aquella elección del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador. Con los cambios en el mapa de la política nacional y tras la ruptura de miembros del Frente Amplio Opositor a Morena, este día quedará para la historia de consumarse la salida de Miguel Osorio del PRI.
Son dos ex gobernadores en menos de 15 días los que abandonan a su partido, el que les dio triunfos para el anecdotario partidista. Termina la era del Grupo Hidalgo en el PRI Nacional, pues son pocos los que podrán igualar el control que tenían. ¿A quién le conviene?, es evidente que a Morena, quizá a las “corcholatas”, pero no a la democracia y a la pluralidad de partidos que en cualquier país decente deberían tener procesos internos en cumplimiento a las leyes y diferencias que puedan arreglarse mediante el diálogo y el debate de las ideas.