Los actuales gobiernos municipales cumplen seis meses de mandato en Hidalgo y ya hay muchos problemas por resolver cuando se vienen otros encima.
Y es que la sociedad ya no está dando más tiempo de gracia para los gobiernos en las demarcaciones y la llamada luna de miel después de una elección ya no es garantía para que la gente se quede callada. El proceso 2020 para la renovación de municipios fue bastante atropellado, con una pandemia a cuestas que cobró demasiadas vidas, un aplazamiento del calendario de votaciones, de la misma jornada electoral, de las tomas de protesta, en fin, parece que pasó demasiado tiempo desde que se supo quién había ganado, hasta que asumieron, y hoy a medio año, los habitantes exigen resultados.
En el Valle del Mezquital vemos como una constante la protesta en todo su esplendor. No hace falta señalar a un sitio en particular, pues todos presentan problemas de gobernabilidad y hay un mal humor social generalizado; en otras zonas como la de Tula y Tepeji, se siente mayor inseguridad y en el centro del estado hay una tensa calma.
Los municipios deben apresurar el paso y responder a las demandas
Pareciera que la Huasteca que en otros tiempos era la región más problemática hoy está en paz y con mejores indicadores que el resto de la entidad; sin embargo, no se sabe que los gobiernos de aquella zona sean lo más destacado.
La cancelación de las ferias en los municipios también vendrá a poner bajo la lupa a las presidencias y sus titulares, pues la segunda parte del año era más de festejo y de actividades lúdicas que mantenían al pueblo concentrado en cuestiones menos apremiantes para los gobiernos.
Hoy sin un esparcimiento público y con los focos rojos encendidos, los municipios deben apresurar el paso y responder a las demandas de los ciudadanos en todos los aspectos; mejorar la seguridad, la atención, los servicios, la capacitación de sus funcionarios, la administración de los recursos, todo. _
Eduardo González