De pronto los esfuerzos por controlar una problemática creciente que agravia la salud de una buena parte de la población en México, en este caso la obesidad y el sobrepeso, están muy ligados también a la prevención de la diabetes que la padecen 15 millones de mexicanos.
Según expertos antes era menor la tendencia a sufrir esta enfermedad cuando la insistencia mediática no era como en la actualidad.
Hoy resulta paradójico que incluso haya modificaciones a las leyes para promover el consumo de alimentos sanos y no se logre detener de alguna manera esa tendencia de volvernos seres humanos desproporcionados en peso y tallas dejando la puerta abierta a muchos padecimientos que en la medida que sean ignorados, con conocimiento de causa o no, se vuelven potencialmente mortales.
Lo que también es parte de una realidad es que quienes enferman muchas veces pertenecen a familias con ingresos económicos no precisamente sólidos y se vuelve una “atenuante” para no llevar una dieta acorde a lo que su cuerpo necesita.
Hoy en día comer alimentos sanos y ricos en nutrientes es muy caro, cualquiera que se “pone a dieta” lo sabe perfectamente, mientras que la comida con bajos contenidos aprovechables está a un precio mucho más accesible, aunque también se vuelve un poco parte del pretexto y la justificación para su consumo.
Probablemente generando un equilibrio desde las más altas esferas gubernamentales para que se graven con mayores impuestos productos inútiles a la nutrición y fomentando precios más competitivos los que, al contrario, sirvan a una mejor alimentación podrían alcanzarse mejores resultados en el corto plazo.
El problema, dicen expertos, es que no estamos educados a comer bien y acompañar esa educación a disciplinas para, alejados del ocio, poder ejercitarnos al menos unos minutos al día. El tiempo no puede ser pretexto, como muchos argumentan.
Quienes fomentan consumo y venta de chatarra, esos corporativos inmensos, deberían aportar contribuciones más allá de sus obligaciones fiscales, para tratar médicamente a pacientes que mal o bien son atendidos por el estado, muchos de ellos mutilados por la diabetes.
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Hasta la próxima.