Que quien acompañó a Claudia Sheinbaum al diálogo nacional por la paz, organizado por la Conferencia del Episcopado Mexicano, fue el ex gobernador mexiquense Eruviel Ávila, quien renunció al PRI en julio del año pasado y ahora está en la lista de candidatos a una diputación federal, vía plurinominal por el Verde, por lo que acudió al Centro Cultural Universitario Tlatelolco a respaldar a la doctora. De paso se tomó una foto con sus otrora adversarios Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Mario Delgado y Marcelo Ebrard, que hasta presumió en redes.
Que por el contrario, los dirigentes nacionales del PAN, Marko Cortés; del PRI, Alejandro Moreno, y del PRD, Jesús Zambrano, hicieron todo lo posible por no cruzarse en el Centro Cultural Tlatelolco con los operadores de Morena Adán Augusto López, Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard, por lo que prefirieron salidas y entradas alternas para no tener que darse “la paz” en el acto convocado por el clero.
Que después del portazo de los normalistas y sus promotores en Palacio Nacional la semana pasada, la policía capitalina volvió a subir la guardia en las inmediaciones del recinto histórico y desde temprano los elementos de seguridad se forman con escudo antimotines en mano para responder a alguna contingencia, y mientras se repara la puerta afectada la calle de Moneda se mantiene con accesos controlados. Ayer, por lo demás, se despintaron las leyendas que dejó el 8-M en el Zócalo.
Que quien se quedó el domingo con las ganas de subir al templete en los mítines de la candidata presidencial morenista, Claudia Sheinbaum, en Puebla, fue el abanderado de ese partido a gobernador, Alejandro Armenta, pues las campañas locales iniciarán ahí hasta el 31 de marzo y aparecer junto a la ex jefa de Gobierno pudo derivar en sanciones, incluso graves, por promoción anticipada… Por cierto, en las concentraciones de la aspirante estuvo muy activo personal de fiscalización del INE para hacer una estimación de gastos y contrastarlos después con los reportes de Morena, PVEM y PT.