Que entusiasmado con el destape que le hizo Andrés Manuel López Obrador hace un par de semanas y el debate interno del PRI, el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, aprovechó el acto de campaña el domingo pasado del aspirante de su partido a sucederlo, Alejandro Avilés Álvarez, para convertirlo en un mitin propio en el que ratificó su intención de ser el abanderado del tricolor mientras sus huestes lo aclamaban al grito de “¡Presidente!”, lo que ya motivó la inquietud de otros apuntados en Insurgentes Norte.
Que a tres meses de concluir su gestión como presidente de la Cámara de Diputados, el morenista Sergio Gutiérrez Luna respondió con un tuit a la resolución de la Corte sobre la invalidez de la reducción presupuestal al INE y sostuvo que “el recorte prevalecerá”, exhibiendo su fobia: “los recursos ahorrados se destinarán a necesidades más importantes que los sueldos estratosféricos de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama”… aunque no faltaron los que le reprocharon la incongruencia entre esa austeridad y su campaña anticipada con espectaculares en Veracruz.
Que mientras muchos dan por segura una candidatura centralista en el Estado de México, el senador Higinio Martínez operó para que la jefa de Gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, lo recibiera el martes pasado en su calidad de coordinadora política del Presidente en la zona metropolitana junto a Horacio Duarte Olivares y Delfina Gómez, a fin de dialogar y ofrecer cancha pareja para 2023. La anfitriona solo dijo que “fue una comida cordial con tres amigos texcocanos”.
Que otro en campaña, Ricardo Monreal, llamó a los contendientes a “bajarle dos rayitas” porque las descalificaciones y las acusaciones falsas, como los espionajes, son ilegales y “una falta de confianza y de honor a la palabra”. Ayer, por cierto, circuló en redes sociales una videosemblanza del zacatecano, que incluyó aspectos de su carrera y también momentos con AMLO y con sus adversarios en turno, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, rumbo a la sucesión de 2024.