Recientemente se presentó en el Senado de la República la iniciativa de ley para reemplazar la Ley de Ciencia y Tecnología vigente, expedida en el año 2002 y modificada en varias ocasiones, la última de ellas en el año 2015; se pretende hacer el cambio con base en la confrontación mediática en la “Era de la Posverdad”; ésta es definida como: la distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales (RAE).Desacreditar los logros obtenidos en Ciencia, Tecnología e Innovación por el Conacyt a lo largo de cuatro décadas de su historia, es insostenible.
El emprendimiento científico en las instituciones públicas ha sido impulsado a través de la modificación de la Ley de Ciencia y Tecnología y la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos (2015). La vinculación pública y privada para el desarrollo tecnológico y la innovación, es posible con la constitución de figuras jurídicas modernas para la creación de empresas científicas (Spin-Off), como ocurre en los países con índices elevados de desarrollo tecnológico e innovación: la propuesta de la dirección general del Conacyt para reemplazar esta ley, es un retroceso, y puede ser catastrófico para México.
El paradigma de la innovación tecnológica en el mundo, se ha desarrollado a través del modelo STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) y, específicamente en las Ciencias de la Salud, la investigación clínica de nuevos medicamentos y dispositivos médicos, ha sido posible y solo será posible, por la vinculación de las instituciones públicas de salud con empresas farmacéuticas, nacionales e internacionales. El Programa Nacional de Salud 2019-2024 establece como un objetivo específico “Fortalecer la industria farmacéutica nacional e investigación innovadora”: para cumplirlo, es necesario apoyar la innovación a través del Conacyt y las alianzas estratégicas con empresas privadas.
La “Posverdad” se ha vuelto común en el terreno de la política, y ahora, aparece la demagogia política en el ámbito científico. La divulgación de noticias, sin evidencias, provoca relativización de la verdad: la sociedad mexicana está confundida. Se les ha incitado al recelo y la hostilidad hacia la comunidad científica de México. Rechazamos la confrontación y la desvalorización institucional del Conacyt con la manipulación mediática que rompe el equilibrio social: no es destruyéndolo que se ha hecho, no es reemplazando la Ley de Ciencia y Tecnología… como vamos a construir un país mejor. El futuro de la Ciencia, Tecnología e Innovación de México están en riesgo, aún cuando son más necesarias que nunca.
ANA MARÍA B. CONTRERAS
y VÍCTOR MANUEL RAMÍREZ ANGUIANO
Académicos del Centro Universitario de Ciencias de la Salud. Universidad de Guadalajara