Que cierran el año con incertidumbre los árbitros del Ietam y del INE, Juan José Ramos Charre y Sergio Iván Ruiz Castellot, porque la reforma electoral viene en 2026 con fuerza y traerá lo que parece una inminente desaparición de los Oples, pero además más cargas de trabajo para el instituto que sobreviva, y que, encima, tendrá que someterse a nuevas reglas y una reconfiguración total.
Que la austeridad caracterizó las posadas navideñas que los partidos políticos ofrecieron a su militancia en Tamaulipas, cuando este año que concluye recibieron financiamiento público por más de 200 millones de pesos. Salones modestos, eventos breves y sin grandes despliegues contrastaron con los recursos ejercidos a lo largo del año por las dirigencias partidistas. Hubo quienes, como el PT, que ni eso.
Que el PAN Tamaulipas presume “diálogo virtual” en una sesión donde reflexionan sobre democracia y derechos humanos desde un consejo consultivo que no decide ni rinde cuentas. Mucho discurso de participación, poca incidencia real, la agenda militante y ciudadana se archiva, se toma la foto y se promete llevarla a autoridades que ya no escuchan.
Que ante el conflicto por el tratado de aguas, se notó que ninguno de los legisladores tamaulipecos, llámese senadores, diputados federales y locales y mucho menos alcaldes fronterizos, se les vio documentarse y arrastrar el lápiz para armar ya no digamos algún punto de acuerdo, sino un simple pronunciamiento en defensa de México y de su estado. O rehuyeron el “esfuerzo” intelectual o no quieren broncas con Trump.
Que tras el sorpresivo llamado que se les hizo para celebrar una sesión extraordinaria el pasado viernes, los diputados locales de Tamaulipas se mantienen en ascuas ante la posibilidad de que lleguen a la Permanente nuevos proyectos legislativos enviados por el gobernador Américo Villarreal Anaya antes de que finalice 2025.
Que por cierto, en menos de media hora despacharon el viernes las reformas a la ley de pensiones y de seguridad pública en el Congreso del Estado, y aparte del ausentismo del 36% de los diputados locales, borraron de un plumazo los asuntos generales, notándose que traían mucha prisa por marcharse del recinto legislativo.
