No podemos dejar pasar el evento que ocurrió en esta semana que termina, le hablo del jueves pasado cuando Claudia Sheinbaum recibió la constancia de mayoría, dando oficialmente validez a la elección pasada acreditándola como ganadora.
Deberemos esperar al primero de octubre para que de manera oficial tome posesión como la primera presidenta electa de México.
Esto lector mío es un verdadero hecho histórico, incluso por arriba de lo que paso en el año 2000 cuando después de 70 años, el PRI dejó el poder en manos de Vicente Fox y el PAN. Sheinbaum es la primera mujer en toda nuestra historia que ocupará el máximo cargo político al que se aspira, dirigir las riendas de este país.
Por ello, las palabras que compartió en su entrega de constancia tienen un eco profundo y fuerte para la mayoría de los que habitan este parte del mundo, me refiero a las mujeres, hoy en día hay más mexicanas que mexicanos, y el haberlas visibilizado y colocado al centro de su discurso, dicta por mucho el camino que su gestión seguirá.
Desde el hecho de pedir ser llamada presidenta, con a, porque lo que no se nombra no existe, que comentario al margen también es correcto, deja ver que será un sexenio orientado a las políticas a favor de la mujer, lo cual por supuesto celebro.
Y es que este país catalogado de “machista” a nivel internacional, hoy por fin visibilizará a las millones de mujeres que por décadas han estado bajo el contexto llamado: patriarcado opresor que, aunque miles lo nieguen, existe y es real.
Bien lo dijo en sus palabras, de que con ella llegan todas las generaciones que la precedieron y las que continuarán, por lo tanto, se espera que equidad, justicia e igualdad sean las palabras y acciones que veamos en beneficio de ellas.
No hay libertad cuando no hay derechos que se respeten ni condiciones de bienestar que permitan un desarrollo pleno y las mujeres han sido las principales víctimas de este veneno, así que con el gusto de un buen inicio, esperemos que se continúe así.