Mirar al pasado es un ejercicio psicologizante, sobre todo porque tenemos que situarnos en conductas pasadas y para un mayor aprovechamiento (experiencia), situarnos en el presente.
Así entonces hacer una retrospectiva de lo que pasó hace 15 días forzosamente hay que ir al triunfo del 2018 cuando Andrés Manuel López Obrador ganó la presidencia de la república.
Pasaron seis años desde el triunfo del Tabasqueño y la oposición fue sorda, ciega e insensible al cambio paradigmático que la sociedad exigía.
Después de la pandemia, que nos trasladó un lenguaje técnico y preciso perdieron el olfato convirtiéndose en una oposición “anósmica”.
Perdieron el olfato. Ese bodrio de alianza fue su tumba (PRIAN).
Y así lo reconocen los líderes opositores a la 4T. En palabras del moribundo sol azteca (PRD), el aun dirigente Jesús Zambrano apuntó que todo fue una ilusión óptica refiriéndose a las plazas públicas llenas, a la conversación pública y a las encuestas que les daban la victoria.
En palabras textuales sobre el gran fracaso de su candidata sentenció: “El diseño de las giras de nuestra candidata presidencial no se decidió con las direcciones nacionales.
Además, nunca quedó claro cuál era el perfil de Xóchitl, qué representaba, qué ofrecía”.
Por su parte el líder del tricolor Alejandro Moreno en un artículo titulado:
“Por la reforma del PRI”, reconoce el momento democrático del país, pero ignora que la configuración del sistema político lo empezó el presidente Andrés Manuel López Obrador en el 2018 y se refrenda con el triunfo de hace 15 días. ¿Que no entendieron lo que significaba construir el segundo piso?
En ese mismo artículo escribe sobre ofrecer espacios significativos a los jóvenes de su partido, sin embargo los hechos son obsesivos y siguen defendiendo sus prácticas autoritarias y antidemocráticas.
Siguen los mismos de siempre.
Manlio Fabio Beltrones, Carolina Viggiano y el mismo Alito en los primeros lugares de las listas para plurinominales.
En el PAN no cantan mal las rancheras.
En palabras de Diego Fernández de Cevallos sobre el proceso pasado sentenció: “Más se preocuparon por estar jugando a las manitas calientes entre ellos, por acomodarse en sus posiciones.
Eso no lo merece el PAN, el PRI ni el PRD”. En palabras de Damián Cepeda la alianza fue gran error.
La militancia de la derecha exige la salida de Marko Cortés, el que gritoneaba a su ex candidata presidencial.
La democracia es “un sistema en que los partidos pierden elecciones” diría Adam Przeworski y en eso todos estamos de acuerdo, salvo quienes no quieren escuchar a la voluntad popular que se traduce en rechazo o refrendo.
La política de golpeteo junto con generar miedo y confusión por parte de quienes defienden al viejo régimen, la corrupción y la ceguera quedó catapultada con los triunfos para MORENA que deberá continuar con su política social, la misma que está en el ánimo de sus gobernados y electores.
La identificación partidista que históricamente fue determinante para que el PRI- PAN -PRD ganaran elecciones está dinamitada con los resultados de hace 15 días.
No tienen proyecto ni rumbo. En el PRI quieren cambiar de logo y de colores. ¿Así o más convencidos? La crónica de su muerte anunciada.
Después de las elecciones tenemos que entender el mensaje democrático y a la mayoría de los mexicanos que confían en el cambio disruptivo, en la sana polarización y en enterrar el viejo régimen corrupto y megalómano que se resiste a morir y a seguir creyendo que son los dueños de México junto con el sistema judicial.
La construcción del segundo piso se avecina.
Momento de construir y reconciliar a todos los que estén conscientes del cambio sistémico en la política de México.