Genaro García Luna ex secretario de seguridad pública federal durante el gobierno de Felipe Calderón fue declarado culpable de cinco delitos (incluido narcotráfico), ante las autoridades estadounidenses.
Sin duda la sentencia es proporcional a la investigación que nuestros vecinos del norte hicieron sobre quien recaía la seguridad pública del país en tiempos Calderonistas.
Los norteamericanos siendo los mayores consumidores de drogas no se iban a quedar con los brazos cruzados.
La sentencia es implacable.
Es la primera vez que la justicia alcanza a un Secretario de Estado. El zar que dirigió la política de combate al narcotráfico resultó ser narcotraficante por el alto grado de complicidad y omisión.
Pero más allá de eso vale la pena preguntarse:
¿Por qué ahora el brazo de la justicia sí fue lo suficientemente largo? La explicación es multifactorial pero abordaré algunas reflexiones.
El primer argumento es que es un momento oportuno. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha fortalecido sus relaciones con nuestros vecinos y además no basta con decir que la corrupción se acabó y que es el gran problema de este país.
Hay que demostrar con hechos y estos son palpables a pesar de la oposición que se ha vuelto muda ante la sentencia al ex secretario de seguridad pública.
En segundo lugar el gobierno mexicano como el de Estados Unidos tiene interés por mostrar resultados en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.
El consumo de drogas principalmente las sintéticas va en aumento y no es posible tanta demagogia sin ir a la causa y al efecto.
Las instituciones del estado no pueden estar al servicio de los criminales. Diría Shakira que no se puede vivir con tanto veneno…
Y si bien es cierto el logro no es de la justicia mexicana se comparte también como propio, pues nuestro vecino es el mayor socio comercial y estratégico.
García Luna fue detenido y juzgado en Estados Unidos en 2019 y a pesar de la solicitud de extradición del gobierno mexicano en 2020 (y la autorización para extraditarlo de 2021), la defensa del exsecretario buscó que permaneciera en Estados Unidos bajo el argumento de que su cliente no podía recibir un juicio justo en México.
Este argumento tiene varias interpretaciones. ¿El exsecretario temía por su seguridad? ¿Revelaría nombres, fechas y hechos que pondría en peligro su integridad física o a su ex patrón Felipe Calderón? O ¿Temía que la justicia de la 4T sería más enérgica que la estadounidense?
El ex secretario ha sido declarado culpable y purgará una condena no menor a 20 años.
Ahora resta que la justicia norteamericana frene desde su territorio el tráfico y consumo de las drogas.
El gran talón de Aquiles del gobierno de la transformación ha sido la seguridad pública y el combate al narcotráfico, empezando por desmantelar y transformar a las instituciones de Estado al servicio de la sociedad y no del narcotráfico y crimen organizado.
@cuauhtecarmona