Doña Chuchita es viuda, tuvo cuatro hijos y por azares del destino no, sino por las terribles condiciones de desigualdad social ninguno de ellos estudió y todos viven del sueldo de guardia de seguridad privada en donde trabaja Chuchita 24 por 24 horas de descanso.
De niños juraron ayudar a su maltrecha madre una vez que crecieran. El tiempo hizo lo único que sabe hacer –pasar– y los cuatro ya son jovencitos.
El mayor emigró “al gabacho”, el segundo trabajó en un obrador y puso su carnicería. El tercero se hizo artista urbano independiente –antes les decían vagos–y el cuarto emuló al mayor y emigró. El hijo mayor trabaja en la pizca y su vida ha sido un constante ir y venir: se pasa-lo deportan; se pasa-lo deportan y no ha podido hacer patrimonio. Apenas saca para él y su ex mujer con la que tuvo un hijo.
El artista urbano jamás pudo mantenerse por sí solo y sigue viviendo con doña Chuchita. Su beca Benito Juárez se la fuma y hasta le toma centavos a su mamá para el canijo vicio. El carnicero paga renta, ISR, IVA, servicios, proveedores y “seguridad” al jefe de plaza del barrio y, aparte, tiene que mantener a su nueva familia, una esposa y dos hijos… apenas le puede cooperar con unos cuantos bisteces a la semana a doña Chuchita.
El cuarto y más pequeño en cuanto pudo se puso a vender droga en Chicago y no olvidó su promesa, y la cumple bien.
Doña Chuchita sufre cuando por su hijo mayor al que hasta le manda unos pesos de vez en cuando; también mantiene a su hijo, el talentoso creador en reposo y cuida –en sus descansos– a sus nietos, los hijitos del carnicero que no puede pagar una guardería particular luego que le cerraron la participativa.
Como milagro del cielo –como anillo al dedo, diría otro– desde el inicio de la pandemia el “benjamín” de la familia le manda más dinero a Doña Chuchita quien utiliza los dolaritos para mantener a flote a toda su familia.
Doña Chuchita cada día reza para que a su hijo pequeño, del que no sabe bien a bien a qué se dedica, le vaya cada vez mejor. Agradece al altísimo que pueda mandarle cada vez más remesas que presume el gobierno. Eso es.
PD. Chuchita no existe, pero las condiciones...
Celso Mariño
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