Para Doña Julia Aguilar viuda de Molina y familia.
Con mi más sentido pésame.
El gobernador electo por el estado de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, después de obtener su constancia de mayoría, y como vencedor indiscutible de las pasadas elecciones en donde el peor gobernador de aquél estado César Duarte se valió de todo tipo de artimañas, descalificaciones, espionaje, compra de votos, y demás lindezas en contra de quien fuera secretario de gobernación en el sexenio de Patricio Chirinos, verdadero operador político de aquél gobierno y con quien tuve oportunidad de coordinar diversas acciones en nuestros respectivos caracteres como jefes de gabinete, resolviendo en todos los casos los asuntos con eficacia y atingencia por su parte en algunos conflictos por invasiones limítrofes de campesinos de Veracruz y Puebla de manera recíproca, en especial aquél que con la coordinación de nuestros jefes inmediatos superamos en el municipio de Zihuateutla. (Manuel Bartlett y Patricio Chirinos).
Miguel Ángel Yunes, es un político avezado, que conoce de sobra la gobernabilidad y las políticas públicas necesarias para atender los rezagos y principalmente la corrupción grosera de la que ha sido víctima el estado que habrá de gobernar.
Recientemente declaró en la Cámara de Diputados, al tiempo de despedirse, que pese a las argucias legaloides de César Duarte al pretender blindarse y prolongar en el cargo por 5 años más al término de su mandato al procurador y al contralor de su gabinete, estas actitudes no lo atarán de manos para hacer justicia a los habitantes de nuestro estado vecino, víctimas del saqueo en las arcas del erario en colusión con algunos legisladores federales y estatales a quienes ofrece Miguel Ángel mandar a chirona. Con firmeza, el gobernador electo expresó que no se trata de una vendetta, sino de actos de justicia que claman los veracruzanos, y no responder ante la ley y la justicia, conociendo la personalidad, la habilidad y la congruencia del vencedor en la contienda pasada al gobierno del estado, estoy cierto que no solo los veracruzanos recibieron con beneplácito esta promesa más que justa, también todos aquellos que de manera indirecta fueron víctimas de los daños colaterales de un gobierno fallido que dejó al estado de Veracruz con una deuda inimaginable.
Yunes Linares expuso que trabajará de manera coordinada con la federación respetando el ámbito de sus respectivas competencias; con elegancia, omitió detallar las actitudes oprobiosas e infames de la campaña negra que el gobernador saliente montó en su contra, centrándose de manera exclusiva en las demandas y reclamos de todos los que tuvieron el infortunio de padecer seis años de un gobierno chabacano, donde la constante fue la corrupción oprobiosa, la inseguridad y la ausencia de políticas públicas con un evidente alejamiento del servicio y de las necesidades que aquejan a ese gran estado de la república mexicana.
Mis más sinceras felicitaciones para mi amigo Miguel Ángel Yunes, que con la experiencia que le caracteriza, habrá de lograr un avance significativo en el desarrollo de su estado, después de seis años malogrados, de ineficacia e impunidad. Como dice el dicho, “la justicia tarda, pero llega”.
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