En conceptos weberianos, “estadista” es el líder que antepone los intereses de su país, entidad o institución en el largo plazo, por sobre las ganancias políticas inmediatas (La Política como vocación). “Pensar no en la próxima elección, sino en las próximas generaciones”, se dice coloquialmente.
No es asunto menor. De estos liderazgos emergen las muy necesarias -y escasas- “políticas de Estado”. Pero ¿qué implican éstas? Para Pablo Latapí, pionero de la investigación educativa, lo característico de una política de Estado es “su contraste con una política meramente gubernamental, es decir, definida por un gobierno en turno”.
El problema con las políticas gubernamentales es que el próximo “gobierno en turno” fácilmente las desmonta. Nuestro deporte nacional es reinventar al país y al estado cada seis años. Una genuina política de Estado cuenta con una base de legislación, preferentemente constitucional, que la blinde de los vaivenes políticos.
Eso es precisamente lo que busca la Iniciativa presentada ante el Congreso del Estado por el gobernador Enrique Alfaro: garantizar constitucionalmente un financiamiento para el desarrollo de las actividades sustantivas de la Universidad de Guadalajara, destinándole anualmente el 5% del presupuesto de Jalisco.
Se trata de una genuina política con visión de Estado, no solo de gobierno en turno. Una medida que, de aprobarse, no solo beneficiaría a la Universidad de Guadalajara, sino a la sociedad jalisciense. Principalmente a las niñas, niños y jóvenes que buscarán un espacio en la universidad, en los próximos cinco, 10 o 20 años.
¿Por qué importa esta reforma? Algunos datos preocupantes: en acceso a la educación superior Jalisco ocupa la deshonrosa posición 20 nacional, con apenas 37% de cobertura, muy por debajo del promedio del país (43%). Hoy en día, hay 500 mil jóvenes jaliscienses fuera de las aulas universitarias. Inaceptable.
Siendo la UdeG la universidad más grande e importante del estado, esta reforma sentaría las bases para que Jalisco sea líder en educación superior y en posgrado. Es también una reforma ejemplar para todo México. La decisión está en las y los legisladores. Tiempo de estadistas.
