El controvertido Andrés Manuel López Obrador, dueño del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), siente que sin su liderazgo en la llamada izquierda, nuestro vapuleado país no merece ni existir, porque él y nadie más que él, será quien venga darle la estabilización y crecimiento por arte de magia la nación entera.
En sus cientos de miles de tediosos spots radiofónicos y televisivos, aparece como un auténtico Mesías, pues –afirma– próximamente que esté en el poder, cambiará el panorama nacional porque explica que no incrementará los impuestos, creará cientos de miles de empleos, que acabará con la corrupción, con la inseguridad, con todos y cada uno de los problemas que tenemos y padecemos los 120 millones de mexicanos, ¿todo será por arte de magia?.
Andrés Manuel fue presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y ahora lo es de Morena; continuamente se dice robado en dos ocasiones como aspirante a la presidencia de la república, en 2006 y 2012; fue precisamente que gracias a su plantón, que duró varios meses en 2006, la ciudad de México se colapsó financieramente, sin que nadie haya tenido el valor de retirarlo del Paseo de la Reforma y de la plancha de el Zócalo capitalino.
Es un auténtico disidente, pero hasta con él mismo, debido a que despreció a la mano que lo hizo jefe de Gobierno del Distrito Federal –PRD–, al PT y a Movimiento Ciudadano. Posteriormente los fracturó logrando una desbandada de los tres partidos políticos para acarrearlos al suyo, obteniendo votación elevada , principalmente en la capital de la república.
López Obrador, con sus acostumbrados desplantes y desafíos, declaró ayer que "a las mafias del poder, como ya no les funciona el PRIAN, están buscando frenarnos con un candidato supuestamente independiente, pero aunque lo disfracen ya sabemos que es maleante y está pelón".
AMLO padece incontinencia verborréica en contra de la administración en turno; sus continuos chantajes y su permanente desprecio hacia todos lo que actores políticos que no piensan como él lo siguen manteniendo activamente en los medios de comunicación, sin dejar de lado su desmedida ambición por el poder, lo harán una vez más aspirante de la mal llamada izquierda mexicana, porque como lo he expresado en este mismo espacio, piensan como Carlos Marx, pero quieren vivir como Carlos Slim.
¡Pobre de México!, si Andrés Manuel López Obrador es aspirante en 2018.