Si la historia se escribiera con memes, en el futuro se pensaría que nadie en esta época vivió aterrado por el Covid-19, considerado pandemia por la OMS. Así, los sucesos descritos por Daniel Dafoe en El año de la peste en el siglo XVIII, en Inglaterra, parecería tragedia superada frente al humor que la humanidad presta a chistes sobre coronavirus. No está mal sonreír y planear si voy a pasar vacaciones de “Semana Santa en mi recámara o en la sala…”, aunque igual es sano informarse lo más científicamente que se pueda para no caer ante un bicho que trae al mundo de cabeza.
Vi en redes sociales un concepto artístico sobre el terror de aquellos que pareciera no disfrutan los memes: un papel sanitario, objeto de rebatinga por los estadunidenses en la frontera norte con México. La marca, “Apocalipsis NOW!, más suave y absorbente”. Tiendas saqueadas por compras de pánico en Tijuana y Rosarito dejan a mexicanos sin el objeto. Rollos de papel concentran el poder de la ignorancia sobre la realidad de cualquiera de los males en una sociedad. ¿Para qué lo usan aparte de limpiarse la colita? Porque no mejor comprar atún y quedarse en casa a preparar una suculenta ensalada verde…
Dirán que estoy evadiendo. No. A estas alturas sigo sorprendido de la capacidad para reírnos de nosotros, en desgracia. Ojalá así se lo tomarán aquellos que con toda la seriedad del caso defienden la política gubernamental como si fuera la única neta del planeta. Y no. Al gobierno le sobran mañaneras y les falta información más concreta y específica, como quien le explica a un neófito la necesidad de lavarse las manos, no escupir en las calles, cuidarse de los estornudos, marcar distancia respetuosa al aura de los otros, en vez de besos de los súbditos de AMLO… Me pregunto, ¿qué harán con el Metro de Ciudad de México, atascado hasta las chanclas por ciudadanos de a pie? Grave asunto ser un país centralizado en su capital…
Sí, ya sé que no soy serio, que no entiendo la política, que mejor escriba de cultura, de obras de teatro o arte contemporáneo; la pintura, mi pasión más íntima. Lo probablemente cierto es que, como dice un meme de España: “Es la primera vez en la historia que los casados follaran más que los solteros”. O sabremos de más tragedias personales —desde rupturas, hasta alguien lanzado por un edificio, que pasa en la realidad—, frente a lo que se espera del coronavirus. Porque el asunto de la convivencia no es algo sencillo. Justo a eso nos está obligando un virus diminuto, a convivir, por esa naturaleza no racional que siempre ha sabido más que nosotros, sin necesidad de memes…
Seamos “meméticos”: morirán pocos. No más de 2 por ciento de la Tierra. Seamos serios y construyamos —bajo el sentido del meme—, la necesidad de despoblar el mundo frente a la aniquilación del Planeta. Hay consignas de los ambientalistas que advierten de las tragedias que se avecinan por daños ecológicos y medioambientales. Eso no es un virus. Eso es creación del hombre. Eso es lo que deberíamos de saber antes de quejarnos de bichitos que ya estaban antes que nosotros llegáramos a destruir todo lo que tocamos.
Ya sé que me puse serio. Inevitable. Cantemos con la Gaynor: “I will survive”.