Cultura

El sobrino de Rita Hayworth

Cuando Manuel Puig publicó en 1968 la novela La traición de Rita Hayworth, en los 70, en México, Carlos Monsiváis le contó al escritor argentino una verdad o mentira de la legendaria actriz de Hollywood: que había nacido en Durango y se llamaba Margarita del Carmen Cancino; que tenía una hermana, Dora, la que nunca quiso reconocer a la primera sex symbol antes de Marilyn Monroe, porque era una “vieja puta y borracha”.

Puig se asombró. Rita Hayworth ya se había retirado del cine, en 1972, por padecer alzhéimer, hasta su muerte, en 1987. Monsiváis le dijo conocer al sobrino de Rita Hayworth, y el escritor argentino inmediatamente quiso reconocer a Fernando Andrade Cancino, pintor, maestro, escritor y promotor cultural. Puig había titulado a su obra con el nombre de la actriz porque —dijo en una entrevista—, “expresa el triunfo de la vida sobre la muerte, el triunfo de la sexualidad vivida sin culpa, vivida con toda la alegría que el mundo ha ido olvidando a través de siglos de represión”. El que haya leído su libro podrá entender más a sus personajes.

Mentira o no, lo cierto es que Rita Hayworth —nacida en Nueva York en 1918 e hija de padres españoles, según Wikipedia—, filmó en Durango, en 1959, la película Lo que no se perdona, dirigida por John Huston, y en 1972 La ira de Dios, de Ralph Nelson, su último filme. El revuelo que causó en aquel estado del norte lo cuenta Andrade Cancino en su libro Ser gay. Amar y morir —publicado por el Instituto de Cultura de Durango—, narración testimonial, biográfica y sexual.

Manuel Puig supo de Fernando Andrade Cancino en Ciudad de México gracias a Carlos Monsiváis, quien tuvo relaciones justamente con el sobrino de Rita Hayworth (no se dice nada de Puig). Leemos: “El amigo abusón —tipo cura—, que me ligó un día que vino a dar una conferencia a Durango, y durmió conmigo en casa de mis papás. Salió a tomar un avión como a las seis de la mañana, mientras yo dormía, y se encontró con mi mamá en el corredor de la casa. Se saludaron diplomáticamente”.

El libro no es La estatua de sal, de Salvador Novo, ni siquiera Elías Nandino, una vida no/velada, de Enrique Aguilar, pero sí unas memorias duras, por sinceras, de la vida gay de aquellos años difíciles para la diversidad sexual. El sobrino de Rita Hayworth tuvo sin duda más amantes que su tía. Es un asunto de sinceridad abordar la homosexualidad, como escribió Hervé Guibert: “No me interesa la militancia, simplemente se trata de verdad en la escritura”.


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Braulio Peralta
  • Braulio Peralta
  • juanamoza@gmail.com
  • Periodista, ensayista y editor. Autor de Otros nombres del arcoíris, El poeta en su tierra, diálogos con Octavio Paz y De un mundo raro, un libro de crónicas de sus personales viajes como corresponsal en España. Publica todos los lunes su columna La letra desobediente.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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