Bajo la atmósfera de confrontación política y social se desenvuelve el llamado “Plan B”, o el intento de reforma electoral que impulsa el presidente López Obrador. Pocas personas han leído la propuesta, pero todos hablan y la opinan. Tiene que ver el ánimo anti-AMLO de una parte de la ciudadanía del país. Miles de personas se manifestaron el domingo 26 de febrero, principalmente en la capital; se dieron cita diversas organizaciones civiles y partidos políticos de oposición que protestaron contra la implementación de reformas electorales de la 4T.
La maltrecha oposición ha tropezado, en la defensa del INE, ante la articulación con amplios sectores sociales. No queda claro qué va pasar después, ni si los partidos serán capaces de canalizar el descontento en una opción política. Los partidos llevan demasiados lustros alejados de las verdaderas demandas ciudadanas. Claudio X. González es el ganador indiscutible de la jornada, pues atinó, a diferencia de los partidos opositores, que el “INE no se Toca” como un punto de inflexión contra el avance avasallador de la 4T.
Hay diversas consideraciones que meren ser abordadas. ¿Es realmente autónomo el INE? De ninguna manera; tanto el IFE/INE/OPLES han sido maniatados por los partidos políticos. Colocan a sus consejeros de consigna y se apoderan de los puestos clave de la estructura.
¿El INE no se toca? El Plan B es visto como una amenaza, pero se conoce mal la historia. El IFE se creó en 1990, bajo los reclamos de fraude electoral hacia Salinas de Gortari se rediseña todo el embalaje electoral. En 1994 hay una reforma electoral de gran calado, se crean los "consejeros ciudadanos" pretendiendo la independencia. En 1996, el Congreso de la Unión fortalece la autonomía y centralidad del IFE. En 2007, el Congreso regula, ante la inequidad mediática, el acceso de los partidos políticos y las autoridades electorales a los medios de comunicación. En 2014, hay una nueva gran reforma, se crea un modelo centralizado e híbrido; 60% de las funciones de los OPLES son atraídos por el nuevo INE que sustituye al IFE.
El futuro inmediato se antoja incierto. Ha sido tan atropellado el proceso legislativo de la reforma propuesta por la 4T, que a nadie extrañaría que la Corte termine por declararla inconstitucional vía el análisis procedimental. Cualquiera que sea la decisión del Tribunal superior, será motivo de nuevos episodios de polarización, crispación y muy probablemente nuevas movilizaciones.
¿Esta atmósfera prevalecerá en el proceso electoral del Edomex?
Bernardo Barranco