Como dice el dicho: ven pasar a la virgen y no se persignan. Como está el país y el debate sobre la naturaleza de los órganos electorales, resultó pésima la decisión de otorgar camionetas nuevas a los miembros del consejo general del IEEM. Dicha decisión se ha convertido en un escándalo nacional. El pronóstico es reservado. La consejera Paula Melgarejo arremetió contra Karina Vaquera, en sesión del 12 de enero pasado, por haber fundamentado en medios su decisión, junto con Francisco Bello, de no aceptar dicha prestación. En lugar de abordar la discrepancia de manera interna, Melgarejo comete otro grave error: lo ventila públicamente, dilatando la vergonzosa iniciativa a escala nacional. Intentó justificar lo injustificable y pretendió exhibir a Vaquera. El error no fue de la consejera, ni de las filtraciones, ni de los medios, sino, el error, fue una mala decisión. Evidenció los privilegios en la cultura política mexiquense, en que la clase política es merecedora de todo.
El episodio refleja las profundas diferencias al seno del Consejo. Amalia Pulido se está viendo desbordada, pues no ha tenido la capacidad de crear consensos ni ha fincado un necesario liderazgo ante uno de los procesos electorales más importantes en la historia de la entidad mexiquense. El entorno de la joven presidenta no es favorable. Está rodeada de muchos intereses y personajes tóxicos. Empezando por el eterno y ladino secretario ejecutivo Javier López Corral.
¿Cómo explicar la salida de José Mondragón, director administrativo del IEEM? ¿Cómo entender que no solo él “dimitió”, sino también su equipo de colaboradores? Es poco creíble la explicación de la presidenta Pulido de la presunta “jubilación” de Mondragón. Existen rumores de faltantes y hoyos negros. Estamos hablando de presupuestos promedio de más de 2 mil millones de pesos. ¡Mucho dinero! O existen evidencias de malos manejos del equipo cesante del IEEM o es un movimiento político por el control de los recursos al más viejo estilo de los manuales del poder del PRI.
La crisis del IEEM es un evento endógeno que amenaza la conducción del árbitro electoral en la elección del 2023. Es una crisis que empaña no solo los escenarios sino la reputación de los árbitros electorales. De no resolverse puede generar un estado de insolvencia. El exceso de gastos y privilegios entre los consejeros puede derivar en una cuestión clave y determinante a transparentarse: ¿cuál es el verdadero estado de los ingresos de los consejeros?
Bernardo Barranco