Una céntrica casona construida a mediados del siglo XIX en Tepic, es la sede del Centro de Arte Contemporáneo Emilia Ortiz; en la finca tuvo su asiento hasta su extinción la firma empresarial casa Aguirre, importantes empresarios de origen vasco que impulsaron la industrialización de la región con factorías de azúcar y textiles: Jauja, Bellavista, Puga, La Escondida son algunas de las fabricas e ingenios de las que fueron dueños. La casa Aguirre fue adquirida por el gobierno del estado en 2002 y ocho años más tarde abrió sus puertas para dedicarse a la difusión del arte Contemporáneo. Saldando así una deuda pendiente conel arte y los artistas de Nayarit.
Su excelente restauración aunada a la respetuosa adecuación que se tuvo del inmueble histórico lo convierte en importante recinto museístico del occidente mexicano. Además de centro de exposiciones para la plástica local y nacional, es un referente para la discusión de las ideas en la ciudad y sede del taller de grabado “El peyote azul”, a cargo de la experimentada y reconocida pintora y maestra grabadora Corina Ramírez; el taller realiza una importante labor además de la enseñanza de la técnica del grabado al elaborar como parte de sus tareas estampas alusivas al patrimonio cultural de Nayarit; para lo que se invita a los artistas radicados en la ciudad, son carpetas de 6 grabados, que plasman imágenes religiosas de culto en la región, haciendas y ventanas.
En sus espaciosas salas de doble altura se muestra por estos días dos exposiciones, muy reveladoras de la actividad plástica de su entorno. La primera es una explosión homenaje a la fotógrafa, Susana Chaurand (1955-1912); poeta de la luz y las sombras, se interesó por la ciencia básica de la fotografía como sustento de un lenguaje artístico, refinado y original; su objetivo era encontrar matices y acentos entre el blanco y el negro, consiguiendo imágenes de mínima y magistral composición; trabajó el revelado como si de bruñir una superficie se tratara, dejando una impronta que caracteriza su arte fotográfico.
La exposición integrada por más de 50 fotografías son ejemplos de géneros clásicos como retrato y naturaleza, imágenes resueltas con contrastes y veladuras que convierten al papel en lienzo que atrapa sombras precisas atajadas por la luz hasta darle carácter. En tiempo dominado por la ‘selfie’, la fotografía de Susana Chaurand nos recuerda la ciencia y el arte que sustentan el lenguaje original de este arte moderno.
En las otras salas se muestra la selección del 6º premio estatal de Artes visuales en las categorías de grabado, dibujo y pintura; es una selección desigual en la que no se aprecia la sucesión de una generación antecedente, brillante y autentica como los caimanes en bicicleta de Pedro Casant; el movimiento de “Las Señoritas de Tecuala” de Vladimir Cora o el enigma del canto de pájaros y mujeres en los lienzos de Corina Ramírez. Es urgente la creación de una escuela de artes visuales en el estado o un centro que supla esas funciones de formación de artistas plásticos, no obstante que el artista nace siempre es necesario el conocimiento de materiales, técnicas y educación artística para producir con calidad y originalidad. Una excepción notable son las piezas de Joshimar Tello, artista que también sorprendió en el pasado Salón de Octubre de Guadalajara con su obra “La verdad histórica de Iguala”, en la selección del CACEM, presenta “normal rural”, en la que unas butacas amontonadas adquieren una dimensión de tridimensionalidad por la manipulación de la materia, el armonioso y atractivo conjunto por su perfección técnica es también portador de un poderosos y sutil mensaje con la fuerza del arte.
El Centro de Arte Contemporáneo está en el circuito de edificios históricos de la Ciudad de Tepic, además de apreciar un magnífico ejemplo arquitectónico de arquitectura civil del siglo XIX en la región se presenta la producción plástica actual de Nayarit.