El mundo laboral está experimentando una transformación debido principalmente al impacto del nuevo orden económico internacional, los vertiginosos avances tecnológicos y los cambios en las legislaciones que buscan privilegiar los derechos humanos laborales e impulsar el trabajo digno.
Estos factores generan importantes cambios, por lo que es muy importante estar atentos a estas tendencias y adaptarse de manera constante a los cambios para poder competir en un entorno cada vez más dinámico y exigente.
Uno de los principales retos es incrementar la participación digna de la mujer en el trabajo, según la más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en promedio en los últimos dos años la tasa de participación de los hombres es de 72%, mientras que la de las mujeres apenas rebasa 40%, es decir, subsiste una brecha entre hombres y mujeres de más de 30%.
Asimismo, de acuerdo con la ONU, las grandes brechas de género en la calidad del empleo son evidentes:
la mayoría de las mujeres que trabajan tienen que aceptar salarios bajos, jornadas de trabajo prolongadas, escasas oportunidades de ascender, exposición a riesgos de salud, inseguridad en el trabajo, vulnerabilidad y hasta acoso.
La falta de representación femenina en los cargos directivos, la brecha salarial y el desequilibrio en el manejo del tiempo laboral y familiar, son sólo una muestra de ese escenario.
En la actualidad, según el IMCO, la brecha salarial de género en México es de 14%, esto implica que por cada 100 pesos que recibe un hombre como paga por su empleo, una mujer percibe sólo 86 pesos.
Otro reto es el poder equilibrar e integrar a las diferentes generaciones a las que pertenecen los colaboradores de una empresa, donde las brechas en los equipos de trabajo multigeneracionales pueden propiciar discriminación y generar una serie de problemas por la inequidad de oportunidades para el desarrollo, los estereotipos, la inequidad de sueldos, la resistencia al cambio, las ideas culturales, la falta de experiencia, la desconfianza en las habilidades y las capacidades tecnológicas.
La diferencia de edades puede tener repercusiones entre los colaboradores y, por ende, en la productividad y en el clima laboral.
Aunque en México hemos avanzado bastante en la equidad y dignidad laboral, los retos no son pocos, pues a éstos se suman los del cambio climático, la sustentabilidad de nuestras operaciones, encontrar mejores talentos, desarrollar el talento y las habilidades de los colaboradores, mejorar la toma de decisiones, mantener un buen nivel de motivación, garantizar un buen clima organizacional, respetar e integrar cabalmente a la comunidad LGTB+, incorporar a más personas con una discapacidad, intensificar el uso y aprovechamiento de las tecnologías, las nuevas políticas gubernamentales, el impacto del teletrabajo, el sistema de cuidados, la flexibilidad laboral, los planes de pensiones, y un largo etcétera, pues la lista podría tener una extensión tan larga que podría desanimar a cualquiera; sin embargo, todos estos temas debemos abordarlos en conjunto, pues a problemas o retos comunes, soluciones compartidas.
Sólo así podremos asegurar un futuro del trabajo justo, inclusivo y sostenible para todos y todas.
andres.rosales@iberotorreon.mx