Cuando llega al poder un gobierno que rompe la inercia de algunos años, se prevé que sea disruptivo, que rompa con los modos de las anteriores administraciones, y en el proceso es normal pisar algunos callos ante lo establecido.
Así le pasó a la alternancia que encarnó Vicente Fox al ganar la presidencia en el 2000, solo que él tenía el Congreso en contra, por lo que se enfrentó a ese gran obstáculo.
Para la 4T el pisar callos ya es cosa de todos los días y no solo es el tratar de acabar con la corrupción que produjo el hartazgo que llevó a Morena al poder, esa es harina de otro costal.
No, el Presidente Andrés Manuel López Obrador tiene bien localizados a sus adversarios desde un principio, así que desde que inició su lucha estaban el Prian, la mafia del poder, los empresarios, aunque a la hora de los apoyos, ese espectro se reduce y de ahí se borra a los empresarios “con dimensión social”. Ya sabe, cosas del poder.
Pero AMLO pareciera que va juntando nuevos adversarios cada semana. A los periodistas e intelectuales críticos, se unen otros gremios o sectores de la población. Esta semana les tocó a los médicos por la polémica decisión del gobierno de contratar a 500 doctores cubanos “para atender al pueblo”.
La controversia fue creciendo junto con los señalamientos de que faltan médicos en México que vayan a los lugares más alejados a atender a los más desprotegidos.
El Presidente acabó la semana anterior declarando “que se vayan al carajo” los conservadores que se oponen a la medida, porque “primero es la salud del pueblo”. Sí, ese mismo pueblo que no recibe medicinas, los niños que no tienen acceso a las quimioterapias que requieren, o a los médicos que fallecieron durante la pandemia para poner a México como el país en el que más vidas se perdieron entre el personal médico, todo con la 4T en el poder.
Pareciera que López Obrador tiene para todos, para cualquiera que se pare en frente de su 4T hay señalamientos, descalificaciones, lenguaje hostil, vaya, la polarización como arma desde el gobierno, cada vez más recurrente ante la ausencia de resultados.
Eso es lo que pasa cuando se gobierna a golpe de saliva, medias verdades, o de plano mentiras se lanzan desde el púlpito presidencial de las mañaneras. Ya pasaron tres años y medio y nada indica que vaya a cambiar. A ver ahora a quién le toca entrar a escena como enemigo de la 4T o como traidor a la patria.
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