Voy a ser muy directo: si usted no va al Zócalo a vivir “Memoria luminosa” estará cometiendo un grave error.
¿Por qué? Porque eso hay que vivirlo. Es la experiencia energética más maravillosa en términos históricos que jamás se ha presentado en el corazón de nuestra nación.
Sí, ya sé lo que debe estar pensando: “Álvaro, exageras. Acuérdate del Bicentenario, de los desfiles, de la pirámide de AMLO”.
¡Claro que me acuerdo! Y precisamente por eso se lo digo.
Jamás habíamos celebrado el nacimiento de México Tenochtitlan ahí, así. Y era fundamental que lo hiciéramos por lo que significa, por lo que somos, por lo que es ese espacio.
Lo que conmemoramos en 2021 fue la resistencia de nuestros pueblos originarios.
Todo lo que se ha presentado en el Zócalo, hasta antes de “Memoria luminosa”, viajó en otras direcciones.
Esto no es ni una instalación ni una proyección de imágenes sobre un edificio (mapping). Es un espectáculo de luz y sonido que circula por toda una zona de edificios, como el clásico de Uxmal, pero potenciado en fondo y forma.
No es como de: “ya llegué y en 15 minutos me voy”. ¡No! Es una experiencia maravillosa, como de una hora que, combinada con las esculturas gigantes que se montaron para la ocasión, crea una atmósfera sin precedentes en la cultura y el turismo de México.
Sí me interesa mucho poner el acento en la cultura y el turismo porque vivir esto es una obligación para todas nuestras familias.
Hay que llevar a las niñas y a los niños, hay que llevar a las y los jóvenes.
Uno aprende, conecta, entiende, siente y lo menos que quiere hacer al final es gritar a todo pulmón: ¡Viva México!
Es cine, historia, música, animación, escultura, pintura, arquitectura. Es arte. Es cultura. Y es gratis.
Hay que llevar a los turistas. A los nacionales y a los internacionales.
“Memoria luminosa” es un gran “tour” pero al mismo tiempo es una demostración de lo que somos, del gran país que tenemos, de la fantástica ciudad que los recibe con los brazos abiertos.
Es muy vigoroso, muy entretenido, calidad mundial. Es increíble la sensación de felicidad con la que uno se queda después de gozar con este material.
No hay manera de estar ahí, de ver y escuchar eso, de vibrar la energía de esas multitudes a las que no les importa ni la lluvia ni el frío ni nada, y de no sentir orgullo.
“Memoria luminosa” es un recorrido por los 700 años de México Tenochtitlan narrado por Fernanda Tapia, Mercedes Hernández, Damián Alcázar y Mardonio Carballo.
¡Y no sabe usted qué recorrido! Vamos de los orígenes, desde Aztlán hasta la actualidad.
No sé usted, pero yo, en esta clase de espectáculos, no estoy acostumbrado a que me hablen, por ejemplo, del 2 de octubre de 1968, del terremoto de 1985 ni de la marcha del orgullo LGBT+.
¡Es muy bueno! ¡Muy diferente! ¡Muy importante! Porque cuando uno recibe todo eso, de esa forma, en contexto, aprecia la ciudad de derechos en la que estamos.
Me encantó que se hablara de la Independencia, de la Revolución Mexicana y de Frida Kahlo, pero me enloqueció que se hablara, con la misma relevancia, de temas como la despenalización del aborto y la pensión universal sin hacer a un lado la música de Chava Flores, el legado de Cristina Pacheco, los tacos al pastor ni las aportaciones de Juan Gabriel.
¿Ahora entiende el tamaño de oportunidad que tenemos?
Luche con todas sus fuerzas por ir al Zócalo a vivir “Memoria luminosa”. Las funciones son a las 20:00 y a las 21:30 hasta el 27 de julio. Le va a gustar. De veras que sí.