Espectáculos

"Todo el silencio" de Prime Video

Acabo de ver una película que me dejó profundamente conmovido. Se llama “Todo el silencio” y está en Prime Video.

¿Por qué la vi teniendo tantísimas opciones ahí mismo y en el resto de los cines, las plataformas y los canales de televisión? Porque la estaba esperando.

“Todo el silencio” es el debut, en cine, de uno de los directores de teatro que más admiro: Diego del Río.

A este señor le he visto cualquier cantidad de maravillas. Su sensibilidad es exquisita.

La cosa es que yo pensaba que “Todo el silencio” se iba a estrenar con bombo y platillo en los más espectaculares circuitos cinematográficos de todo México.

Igual y así fue, y no me enteré. Con tantos estímulos que hay en el ambiente, de seguro se me pasó.

Sería muy injusto que nuestra industria, siempre atenta, hubiera dejado pasar esta joya mientras le hace cualquier cantidad de fiestas a las producciones gringas que lo que menos necesitan es promoción.

El caso es que “Todo el silencio” llegó a mi vida a través de Prime Video y, obviamente, luché por verla completa, bien y sin interrupciones.

¡No! ¡No! ¡No! ¡No puedo creerla! Es la película que jamás soñé oír, ya no se diga ver.

Digo lo de oír porque cuenta una historia donde convergen todas las vertientes de la desconocidísima diversidad de personas con discapacidad auditiva.

No le voy a contar trama por respeto y le prohíbo que vea el tráiler porque, en serio, hay que llegar sin saber nada a este guion de Lucía Carreras.

Por favor no se vaya a imaginar los lugares comunes de las producciones “inspiradoras” de otros países o uno de esos melodramones mexicanos de “¡Lloremos a coro!”

Aquí hay una profundidad que le va a tocar el corazón a las personas con discapacidad, sus familias y aliados, pero también a todo el público de todo tipo de cine porque todos hemos vivido, de una manera u otra, los procesos que viven los personajes.

Por si esto no fuera suficiente, “Todo el silencio” es una de las pocas películas que se han hecho, en los últimos años, que no le tienen miedo al recuerdo de la pandemia y ubica su acción ahí, entre cubrebocas y asuntos que potencian los conflictos exactamente como se potenciaba todo lo malo hace muy poco tiempo.

Hay muchas cosas qué decir aquí sobre la normalidad, la discriminación, la belleza y el teatro, pero yo no quisiera desaprovechar esta oportunidad para felicitar a la larga lista de productores que intervinieron en esto por poner en pantalla algo que casi nunca se ve por aquí: gente de verdad.

Lo personajes de “Todo el silencio” son mujeres y hombres que usan el metro, que festejan cumpleaños, que viajan en camión y el resultado es un paquete de imágenes y de sonidos de una belleza excepcional.

Hay que ovacionar a Liliana Villaseñor, la encargada de grabar el sonido directo, y a los postproductores Juan de Jesús Morales, Mariana Cué y María José Santa Rita Tamés porque hicieron magia.

Esa distorsión de volúmenes y de sonidos crea texturas, dice cosas, dignifica la muy olvidada parte del audio en el cine. ¡Bravo!

Aquí es donde tengo que felicitar a los actores que no sólo aprendieron nuevas formas de comunicación. Se transformaron a tal grado que yo, al principio, no podía reconocer a Ludwika Paleta.

Yo le había dado el título de “La reina de la comedia romántica mexicana” por todo lo que le había visto en los últimos años.

Me arrepiento. No porque considere inferior a las comedias románticas. Lo que pasa es que Ludwika ya está más allá del bien y el mal.

¡Qué pedazo de actriz! Aquí no sólo trabaja su cuerpo. ¡Trabaja su voz! ¡Su respiración! ¡Su piel! ¡Está fantástica!

Adriana Llabrés (“Narcos: México”) es un hallazgo. Le creí todo, me permitió sentir cosas que nunca había sentido. ¡Ojo con ella!

Mire, para no hacerle el cuento largo, Diego del Río lo hizo tan bien que muchas primerísimas figuras están aquí haciendo lo que jamás le hubieran aceptado a otro director.

Vamos de Arcelia Ramírez (ganadora del Ariel) a Diana Bracho (Ariel de oro) y de Montserrat Marañón (nominada al Ariel) a Vicky Araico (ganadora de Los Metro) pasando por Enrique Singer (figura fundamental del teatro mexicano), Mauricio García Lozano (director de “Cabaret”), Eugenio Rubio (ganador de Los Metro) y más, muchos súper-nombres más.

¿Cuál es la nota? Que una cosa es actuar, otra cosa es actuar que se actúa, pero una todavía más complicada es actuar que se actúa en un contexto de discapacidad y eso es sólo un poco de lo mucho que pasa aquí y que me sensibiliza como ser humano, como espectador y como periodista. ¡Gracias!

Yo sé que esta película no está en el algoritmo que rige nuestra existencia y que no es la que le va a regalar más “likes” a los influencers que nos dicen lo que está bien y lo que está mal, pero si en algo aprecia su alma, luche por verla, por verla completa, por verla bien. Le va a gustar. De veras que sí.


Google news logo
Síguenos en
Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
  • alvaromilenio5@gmail.com
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.