Qué buena es The Outsider, la nueva mininserie de HBO. Me esperé varias semanas para escribirle de ella porque se trata de una propuesta tan, pero tan meticulosa, que reseñar un capítulo es no reseñar nada.
¿A usted le gustan las investigaciones criminales? Entonces The Outsider es para usted.
¿Le gustan las historias de suspenso? Entonces The Outsider es para usted.
¿Y las de abogados? ¿Y las de misterio? ¿Y las de personajes retorcidos? ¿Y las extravagantes? ¿Y las que mezclan cuestiones de ultratumba? ¿Y las de enigmas sin resolver?
Entonces The Outsider es para usted, para usted, solo para usted. Corra a verla, luche, esfuércese. No se la pierda.
Este concepto es, para acabar pronto, como Twin Peaks pero las audiencias de 2020, un ejercicio insólito de televisión, la reinvención de muchas cosas, una locura con niños, adultos, entidades encapuchadas y más, mucho más.
La bronca es que se estrenó en el peor momento del año, pero esto, en cualquier otro punto, en cualquier otro mes, tendría a muchísimas personas colgadas de la lámpara de la desesperación.
Es una adaptación de la famosísima novela de Stephen King trabajada con particular entusiasmo por el productor de Girls (Ben Mendelsohn), por el director de The West Wing (Andrew Bernstein) y por puros actores ganadores o nominados a ene cantidad de premios como Jason Bateman (Ozark), Mare Winningham (St. Elom’s Fire) y Yul Vazquez (Russian Doll).
¿Qué tiene de especial? ¿Por qué tanto escándalo? ¿Por qué habría que verla?
Se lo voy a explicar así, el mercado de los contenidos audiovisuales está particularmente saturado. Todo el mundo tiene miles de títulos a su disposición, pero media humanidad siente que no hay nada qué ver.
Y si hablamos de series policiacas, de investigaciones criminales o de abogados, peor. Esto es el infierno.
The Outsider destaca, primero, porque su punto de partida es mucho muy doloroso. No le voy a dar detalles para no arruinarle la experiencia, pero es poco menos que la cúspide de lo que nadie quisiera que sucediera.
Lo interesante es que, a los pocos minutos, esto, que tenía todo para volverse convencional, se va por conflictos totalmente inesperados, por personajes cada vez más extraños hasta convertirse en un garbanzo de a libra.
Y no hablo solo de la historia, que es muy conocida por los fanáticos de Stephen King. Hablo del lenguaje cinematográfico, de la puesta en pantalla.
The Outsider no se ve como ninguna otra serie o miniserie que exista al aire. Tiene una fabulosa capacidad para involucrar al espectador y un muy admirable componente emocional que hace que uno pase de un sentimiento a otro en cuestión de segundos.
Es pasar del ¿quién mató a este personaje? a ¿qué diablos está pasando aquí?, ¿qué es lo que estoy viendo?, ¿a dónde me va a llevar? y eso, a estas alturas de la guerra de los contenidos, es muy sabroso, muy gratificante.
Por favor, busque The Outsider en la programación de los canales del paquete HBO o póngase al día en HBO Go. Cuando usted la mire experimentará algo especial, se sentirá así, especial, y yo creo que se eso se trata la televisión premium. ¿O usted qué opina?
alvaro.cueva@milenio.com