Hoy miércoles 26 de noviembre es uno de los días más importantes de la historia del entretenimiento en el siglo XXI.
¿Por qué? Porque hoy comienza, ahora sí, oficialmente, a las 19:00 (hora central), el final definitivo de “Stranger Things”.
¿Cuál es la nota? La distribución de este material. Nunca habíamos visto esto.
¿Qué? Que un empresa se apropiara de tres de las más grandes celebraciones del pueblo de Estados Unidos: el Día de Acción de Gracias, la Navidad y el Fin de Año.
Así como Coca Cola, alguna vez en el siglo XX, se adueñó de Santa Claus y lo convirtió en lo que todas y todos conocemos en la actualidad.
Ahora Netflix se va a convertir en la gran compañera de las familias estadounidenses en “Thanksgiving Day”, “Christmas” y “New Year’s Eve”.
Y si se pone lista, así será por siempre y no sólo en Estados Unidos. En el mundo entero.
“Stranger Things” es, más allá de los videojuegos y las redes sociales, el contenido más sagrado de las nuevas generaciones.
No porque supere a otros. Lo es porque es prácticamente lo único que estas mujeres, que estos hombres, pueden interpretar hoy como nostalgia.
A ellas y a ellos les tocó una época particularmente mediocre donde la mayoría de los contenidos fueron retransmisiones, nuevas versiones o la invención de sagas de historias y de personajes creados muchos años atrás.
“Stranger Things” fue de lo poco nuevo que vieron. Y lo vieron porque, paradójicamente, apelaba a la nostalgia de sus padres y de sus abuelos.
Esta obra maestra del entretenimiento colectivo no fue el primer cañonazo de Netflix, pero fue la primera serie que, sin problemas ideológicos, puso a este importantísimo sistema de creación y de distribución de contenidos en línea en el imaginario colectivo de la humanidad.
“Stranger Things” es para Netflix lo que “Blanca Nieves” de 1939 para Disney: su boleto de entrada a la eternidad.
Ver hoy la primera de tres partes de la temporada cinco de “Stranger Things” le va a remover, a las multitudes, muchas emociones, muchas ideas pero, sobre todo, muchos recuerdos.
Va a ser como volver a vivir aquellos años, que parecen tan lejanos, pero que no lo son, en los que aprendimos a “maratonear”, en los que no dormíamos hasta terminar de ver todos los capítulos de lo que Netflix iba estrenando, en los que podíamos tener problemas conyugales si nos atrevíamos a adelantarnos, solas, solos, a lo que comenzamos a ver en pareja.
Parece mentira pero todo eso ya también es nostalgia.
¿Sabe usted lo hermoso que va a ser para millones de familias en Estados Unidos reunirse este jueves 27 de noviembre frente al pavo para comentar (o para ver) “Stranger Things”?
Hoy que son tantas las cosas que separan a la sociedad por allá (y por acá), va a ser muy mágico que “Stranger Things” la una, que Netflix consiga el milagro de la reconciliación.
Ni se preocupe por lo que vaya a pasar con Eleven (Millie Bobby Brown) ni con el resto de los personajes de esta serie.
Las nuevas audiencias los tienen tan idealizados, significan tanto para ellas, que todo se comentará, que todo se “spoileará”, que todo triunfará. De mí se acuerda.
Luche con todas sus fuerzas por vivir este Día de Acción de Gracias, esta Navidad y este Fin de Año las tres partes del final definitivo de “Stranger Things”. Le van a gustar. De veras que sí.