Hoy va a pasar algo muy raro e importante: a las 20:00 horas, por el canal Telemundo Internacional (disponible en todo el país a través de diferentes sistemas de televisión de paga) se va a estrenar La bandida.
¿Qué tiene esto de raro? Que se trata de una bioserie de época, como Silvia Pinal, frente a ti, que desde hace mucho se debió haber estrenado en televisión abierta privada nacional.
Es una coproducción, tipo Rosario Tijeras, donde intervinieron diferentes instancias nacionales e internacionales como Tv Azteca, Telemundo y Sony Pictures Televisión.
Quién sabe qué pasó, pero esto, que desde hace mucho se debió haber transmitido por alguna de las pantallas de la televisora del Ajusco, nunca salió al aire.
Por tanto, se convirtió en un mito, en la bioserie prohibida.
¿Dónde está lo importante? En que esta superproducción cuenta la historia de un personaje esencial de la cultura popular mexicana, de Graciela Olmos.
No se llama La bandida porque sea una apología del delito o una narconovela.
Se llama La bandida porque así le decían a doña Graciela, una señora que se codeó con presidentes, empresarios, artistas e intelectuales y que vivió lo mejor y lo peor desde que nació, a finales del siglo XIX, hasta que murió a principios de los años 60.
Quiero, por favor, que se imagine la vida de esta mujer a la que le tocó sufrir la explotación de las haciendas porfiristas, la Revolución mexicana, la expropiación petrolera, la época de oro del espectáculo y mil aventuras más.
¿Cuál era su gracia? ¿Por qué era tan famosa? ¿Por qué, si es tan fundamental, casi nunca se habla de ella cuando se buscan biografías de mujeres empoderadas?
Porque doña Graciela vendía sexo. Era la dueña del burdel más grande, más concurrido, y más influyente de toda la Ciudad de México. ¡Y lo fue durante décadas!
La lista de sus clientes es el escándalo mejor guardado de los libros de historia y ella, por supuesto, no nació dedicándose a eso. Imagínese el tamaño de bioserie de la que le estoy hablando.
No, pero espérese, no le he dicho nada. La bandida es una superproducción de época con algunos de los más grandes ídolos del cine, del teatro y de la televisión de este país.
Desde Sandra Echeverría hasta Ariel López Padilla pasando por Silverio Palacios, Christian Chávez y Marcelo Córdoba, por mencionar solo unos cuantos nombres.
Yo siento un cariño muy especial por este proyecto, porque, contrariamente a lo que muchas personas pudieran suponer, está hecho como una telenovela tradicional mexicana y eso es justo lo que las multitudes están buscando.
¿A qué me refiero cuando le digo esto? A que su narrativa es muy clara, muy tranquila, con mucho romance, con mucha fantasía.
Lo primero que vemos es a la espectacular Sandra Echeverría siendo detenida por unos policías, en los años 30, y de ahí viajamos a la infancia de su personaje, a las legendarias haciendas mexicanas, entre nuestra música más tradicional y muchos elementos que lo harán suspirar de emoción.
Luche por ver el estreno de La bandida hoy por Telemundo Internacional. Si lo suyo son las bioseries, las telenovelas y la cultura popular mexicana, algo me dice que le va a gustar. De veras que sí.
alvaro.cueva@milenio.com