Hoy lunes 31 de marzo se estrena a las 21:30 en Las Estrellas (y VIX) una telenovela mucho muy importante y yo quiero que usted la vea, la goce y la aprecie.
Se llama “Juegos de amor y poder” y está inspirada en un éxito chileno de Luis Ponce (“Amanda”).
¿Y? ¿Qué tiene de importante? Que recupera el espíritu de la única y verdadera telenovela policiaca mexicana.
Le explico: usted vive en un mundo privilegiado donde hay series, miniseries, cine, teatro, musicales, videojuegos, plataformas, redes sociales y más, mucho más.
Hubo una época en que lo único que las mexicanas y que los mexicanos teníamos para ver y hacer eran telenovelas.
Sí, yo sé que para muchas personas esto puede sonar espantoso pero, la verdad, la creatividad de las mujeres y de los hombres de este país siempre ha sido tan grande que supieron sacarle provecho a esto.
¿Cómo? Haciendo muchas telenovelas de muchos tipos (subgéneros) con las mejores actrices y los mejores actores de nuestra nación.
Así fue como surgieron, por ejemplo, las telenovelas policiacas que oscilaron desde el “¿Quién lo mató?” hasta el “capturemos a este delincuente”.
En México hemos hecho telenovelas policiacas desde 1961 pero la gran época dorada se dio en los años 80 con auténticos “thrillers” como “Cuna de lobos”, “La traición” y “El camino secreto”.
“Juegos de amor y poder” es volver a esto pero con la libertad editorial y los recursos cinematográficos de hoy.
De hecho, cuando la comencé a ver, hace muchas semanas, dije: me siento como cuando estrenaron “El camino secreto”. Siento que va a salir Daniela Romo en cualquier momento.
Así de buena. Así de diferente. Así de seria es esta producción de Carlos Bardasano (“Travesuras de la niña mala”).
Ojo: no es una serie. No es una telenovela tradicional. Cuando la mire, por favor, póngase el “chip” de telenovela policiaca mexicana.
Los libretos de Ximena Suárez (“La desalmada”) y Julián Aguilar (“Amores verdaderos”) son magníficos.
La razón es muy simple: son libretos de telenovela policiaca mexicana.
Aquí no es como en las series que se hacen para el “streaming” donde todo inicia con una escena violentísima e inmediatamente nos vamos en el tiempo “Tres días antes” con la ilusión de que la gente no deje de ver lo que está viendo después de los primeros diez minutos.
¡No! Aquí pasan cosas muy buenas desde el principio, frente a Bellas Artes.
Cosas que toman su tiempo para que las audiencias construyan vínculos emocionales con los personajes, para que se vayan aficionando a ver este contenido, para que puedan crear un hábito y que el producto crezca.
Es muy hermoso ver esta propuesta porque las actrices y los actores gozan el trazo escénico, saborean sus parlamentos, respiran antes de realizar una tarea.
A mí me encanta “Juegos de amor y poder” porque más allá de que conecto con ella, está bien hecha: los colores, el maquillaje, la luz, el vestuario, las locaciones.
Da gusta verla y más porque el reparto es sensacional. Claudia Martín está excelsa. Arap Bethke por fin está haciendo ese gran personaje protagónico con posibilidades de trascendencia que tanto se merecía.
Eduardo Santamarina está lo máximo. Mayrín Villanueva sorprende llevándonos hacia otros tonos. Sylvia Pasquel está ya, como para darle un premio.
Pero los que nos van a dejar con la boca abierta son los más jóvenes. No le voy a decir nada para no arruinarle la experiencia pero pasan cosas muy buenas con ellos.
Por si todo lo que le acabo de decir no fuera suficiente, tenemos política, medios y muchas otras cuestiones que hacen de este lanzamiento un verdadero acontecimiento dentro de lo que los melodramas seriados están ofreciendo en este momento en toda la industria de la televisión mexicana.
Luche con todas sus fuerzas por ver ya, pero ya, “Juegos de amor y poder”. Le va a gustar. De veras que sí.