Hubo una época en que las telenovelas diferentes eran las de Brasil.
¿Por qué? Porque hasta hace muy poco nadie imaginaba que los coreanos, los turcos y que mil países más se iban a poner a hacer melodramas seriados.
Porque las telenovelas nos pertenecen a nosotros, los latinoamericanos, porque resultan ser el reflejo exacto de nuestras inquietudes. Nosotros las inventamos.
Pero, además, porque los países que hablamos español en esta región, como Argentina, Colombia y, por supuesto, México, tendemos a hacer un tipo de melodrama muy sufrido.
Sin embargo, los brasileños, no. Ellos, hasta para las historias más densas, han apostado por factores como el placer y también el humor.
¿Entonces por qué Brasil no ha brillado últimamente como otras naciones con sus producciones?
Porque, salvo en el caso de las telenovelas que destacan los temas bíblicos, que son algo así como su Rosa de Guadalupe, tienen un esquema un tanto incompatible a escala comercial en el mundo.
No le voy a hacer el cuento largo, pero los brasileños, por las características de su mercado nacional, tienden a tirar toda la carne al asador en los primeros cinco capítulos y luego se olvidan, suelen abusar de las subtramas y al final, solo los verdaderos fanáticos de este modelo son los que lo disfrutan.
Obvio, los empresarios de Brasil no son tontos, ya tomaron cartas en este asunto tan delicado y están dispuestos a reconquistar el mundo con títulos como Huérfanos de su tierra.
¿Qué es esto? La telenovela que se estrena hoy a las 19:30 en Imagen Televisión. Por lo que más quiera en la vida, no se la pierda. Es magistral.
¿En qué me baso para decirle esto? En su historia, su reparto y su nivel de producción. Es una de las mejores telenovelas que se han hecho en toda América Latina en los últimos años. No verla sería un error.
Historia. ¿Cuál es la historia? Nada que ver con nada que usted se imagine.
Esto es para un público global, para mujeres y para hombres, para quienes aman las series pero también para quienes siguen soñando con las telenovelas de verdad.
No le voy a vender trama para no arruinarle la experiencia, pero estamos hablando de la guerra, de Siria, de Líbano, de un amor imposible, de mujeres empoderadas y de hombres sensibles. ¡Es increíble!
Reparto. ¿Quiénes salen aquí? A menos que usted sea muy fan de este esquema, es muy probable que no conozca a ninguno de los actores que salen en esta obra.
¿Entonces por qué le digo que esto es magistral? Porque cada actor está de alarido.
Por si esto no fuera suficiente, los actores de doblaje también. Usted los va a amar desde el principio. Se lo juro.
Producción. ¿Qué tiene esto de importante? Mucho. ¿Se acuerda de Fábrica de sueños que, se suponía, era lo más caro y fino del universo?
Bueno, pues Huérfanos de su tierra la hace añicos desde el minuto uno del primer capítulo con aquellas locaciones internacionales, con aquellos efectos especiales, con ese vestuario, con esa música y con lo que usted quiera, guste y mande.
Muchas de la series más finas del mundo se tendrían que arrodillar ante la grandeza de este título imperdible, precioso, valiente, entrañable y yo diría que inolvidable.
Usted sólo vea completo el episodio de hoy y me dice. ¿Le parece? Pero, ojo, completo. No se vale llegar tarde o ver únicamente la mitad. ¡Ahí nos vemos!
alvaro.cueva@milenio.com