A pesar de los grandes esfuerzos y avances en la materia, aún queda mucho camino, para institucionalizar la igualdad de género.
Si bien, de acuerdo a los resultados electorales, las mujeres ocuparán el 48.1 por ciento de las curules en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, que implica el 5.7% más que en 2015; mientras que en la Cámara de Senadores las mujeres accederán al 49.22% de los escaños, lo que implica también el 15.41% más que en 2012. Mismo resultado se presentó en las diferentes elecciones a nivel estatal y municipal.
Sin embargo, no habían pasado ni dos meses de celebrar, que por primera vez en nuestro país, las mujeres ocuparían el mayor número de cargos públicos de elección popular en toda la historia, cuando aparece el tema de la violencia política contra las mujeres en Chiapas, donde han renunciado más de 40 mujeres a sus cargos, al cual llegaron a través de procesos electorales democráticos.
Violentando su rol como promotoras de la participación de las mujeres en la vida democrática, así como su acceso al ejercicio pleno del poder público en igualdad de condiciones.
El término “Juanitas” se utiliza en referencia de la renuncia de la mujeres a sus cargos que ya habían ganado, para que hombres ocupen sus lugares.
Las denominadas juanitas, surgen en las elecciones del 2009, primero cuando Rafael Acosta, quien se autonombraba como Juanito, era candidato de un partido a la jefatura delegacional de Iztapalapa, pero una vez electo renuncio, parque alguien más ocupara su lugar.
Al mismo tiempo, en las elecciones federales de ese año, algunos partidos cumplieron con las cuotas de género (que era de 40% de candidaturas, de acuerdo a la reforma 2007-2008), colocando mujeres como propietarias, y dejando como suplentes hombres.
Una vez electas, renunciaron las mujeres, dejando su lugar a sus suplentes varones, en total se presentaron 12 sustituciones.
Participación histórica de las mujeres en las elecciones
Los resultados del proceso electoral 2017-2018, no deben empañarse por la actitud de algunos hombres que no han logrado entender que las cuotas de género, no son modas, son acciones afirmativas, y los derechos humanos deben cumplirse y respetarse.
En estas elecciones las mujeres no solo compitieron y ganaron, también, dejaron de manifiesto que la política no es, y nunca ha sido una actividad exclusivamente masculina, ahora deberán seguir demostrando su capacidad para participar activamente en la vida pública.
El reto no es fácil, ya que alcanzar la gran representación actual, es resultado de muchos años de esfuerzo y lucha, porque hoy ocupan cargos ganados en las urnas, no han sido cargos “otorgados”, “regalados”, “prestados” o “cedidos”.
Como bien lo menciona Ivonne Acuña Murillo, este año “se cumplen 134 años de las primeras demandas en torno al sufragio femenino; 107 en que se exigió ese mismo derecho en plena Revolución Mexicana; 102 de la realización del primer Congreso Feminista de Yucatán; 95 desde que la Sección Mexicana de la Liga Panamericana de Mujeres convocara al Primer Congreso Nacional Feminista, reunido en la Ciudad de México; 83 desde que, por primera vez, las mujeres participaran en las votaciones internas del Partido Nacional Revolucionario (PNR); 81 de que el presidente Lázaro Cárdenas enviara a la Cámara de Senadores la iniciativa para reformar el artículo 34 constitucional para que las mujeres obtuvieran la ciudadanía; 72 de que la Cámara de Diputados aprobara la iniciativa enviada por el presidente Miguel Alemán para que las mujeres participaran en las elecciones municipales; 65 de que Adolfo Ruiz Cortines reconociera su derecho al ejercicio de la ciudadanía sin restricciones”.
Las mujeres son las que más votan e históricamente habían estado subrepresentadas en cargos de elección popular.
Por primera vez, como ya se ha mencionado se tendrá un congreso de la unión con la mayor equidad, sin embargo, consideró el siguiente paso, hablando de los nuevos retos, es que se logre también la equidad en los espacios de toma de decisiones, tanto en el legislativo como en el ejecutivo.
Sin mencionar la conformación de los gabinetes de los gobiernos Federal, estatales y municipales.
Durante los últimos 75 años solo 7 mujeres han sido gobernadoras, y en el mismo lapso 21 han sido secretarias de Estado.
Que estas elecciones sean el inicio de un proceso, en la cual toda competencia electoral, se den bajo condiciones de igualdad de género, y que toda resistencia por actores políticos, sea sancionada y sobre todo, se impida, más casos como lo ocurrido en este proceso electoral en Oaxaca donde, 17 candidaturas de hombres que de manera ilegal, deshonesta y fraudulenta se registraron como transgénero para ocupar espacios destinados para las mujeres.
Candidaturas que fueron revocadas gracias a las denuncias de la comunidad muxe, donde colectivos y redes de la diversidad sexual presentaron una denuncia en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Oaxaca (IEEPCO).
Es momento de poner un alto a todas aquellas acciones de violencia política contra las mujeres, y crear un antecedente contundente, tanto por los organismos electorales, la Comisión Nacional de los derechos Humanos, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y sobre todo de todos los partidos políticos, locales y nacionales, para manifestarse públicamente y actuar en contra de quienes han ejercido presión para provocar las reuniones y sobre todo, para que los espacios ganados en las urnas por las mujeres se respete, y no sean ocupados por hombres.
“Sin paridad y sin mujeres no hay democracia”.
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