El tema de la asignación de las diputaciones plurinominales ha causado mucho revuelo.
Primero debemos recordar que el objetivo de esta figura, es la de tratar de equilibrar la votación obtenida por los partidos y su representación en el Congreso.
Además, en el caso específico de Hidalgo se han hecho diversas modificaciones como fue el tema de crear una lista A y una lista B, esta última con el objetivo de que también pudieran llegar por esta vía las candidaturas más votadas por partido.
Lo cierto es que aún se debe seguir formando e informando a la militancia de los partidos y sus candidaturas sobre estos procedimientos, y no pensar que son acciones que atentan contra la democracia, cuando fueron reglas aprobadas en el 2019 por las y los aun diputados en funciones.
Si bien los actores políticos están en su derecho legítimo a impugnar, lo cierto es que no debemos enredarnos electoralmente hablando, ya que ningún partido puede estar sobre-representado por más de 8 por ciento, al menos que sean triunfos de mayoría relativa.
Es decir, que si un partido recibe 4 por ciento de votación y gana tres distritos por mayoría relativa, ya estaría sobre representado por 6 por ciento, al tener 3 diputados de 30, o sea el 10 por ciento del Congreso estatal.
¿Que pasaría si se le asigna una diputación más? Tendría hasta un 13.3 por ciento de sobre representación, y automáticamente rebasaría el umbral del 8 por ciento.
Claramente este es un tema que se debe seguir profundizando y analizando para que los diferentes actores políticos tengan la certeza de cómo están las reglas establecidas, las cuales fueron elaboradas por ellos mismos.
Y por último me gustaría resaltar que es más allá de los colores partidarios, el estado de Hidalgo va a contar con el primer Congreso de mayor representación.
Y no me refiero a los colores, sino a la representación de los diversos grupos históricamente discriminados, que hoy serán una voz importante, que deberá escucharse, y sus agendas aplicarse.
Alfredo Alcalá
Twitter: @alfreduam
