No es de sorprendernos que el primer acuerdo de los partidos políticos en el congreso, en materia de la reforma electoral, fuera aumentarse el dinero público. Por cierto, este año no electoral los partidos recibirán a nivel nacional, 5 mil 015 quince millones de pesos, mucho más de lo que reciben los Servicios de Salud de Hidalgo; que es de 4 mil 483 millones 678 mil 830 pesos y si bien la democracia es necesaria, la salud es prioritaria. Por lo tanto, la discusión en la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales del Congreso Local, debe centrarse en cómo fortalecer la democracia interna partidaria o cómo favorecer los mecanismos de participación ciudadana, más allá de la acción de emitir un voto. Se debe discutir como disminuir el alto costo electoral, que va de la mano en reducir el dinero público que se le da a los partidos y al OPLE, sobre todo en años no electorales, así como reducir los tiempos de campaña. Y ante ello, hay que tener posturas, la abstención es igual que ver la corrupción y no denunciar. En éste momento o se está en contra de la ciudadanía o se está a favor de los partidos, así de clara y firme debe ser la postura. Ningún acuerdo que esté por encima del interés social se puede celebrar, sólo la aristocracia política defiende mantener elecciones caras, con candidaturas muchas veces, baratas, recicladas, descompuestas, inservibles y algunas en estado de descomposición y sin ninguna oportunidad para las y los electores de pedir devolución. Por ello, quien no tenga postura ante la injusticia, sólo es comparsa del abuso social, cometido contra la sociedad, quien requiere oportunidades de desarrollo; más seguridad, más y mejores empleos, calles libres de violencia, delincuencia y baches, más alumbrado, y un largo etcétera, todo menos darle más dinero público a los partidos.
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