De nueva cuenta la violencia se hace presente en Pachuca con graves consecuencias. En esta ocasión ha provocado que un importante centro cultural de los que tanto hacen falta en todo municipio tenga que cerrar sus puertas derivado de un tercer asalto en menos de tres meses. De nada sirvieron las cámaras de seguridad y las alarmas, si al llegar la policía dejó dentro al delincuente y posteriormente escapó. Elementario Centro Cultural no se encuentra en la periferia, o en un lugar peligroso, está frente a la iglesia de san Francisco y a unas cuantas cuadras del ayuntamiento y el palacio de gobierno. Cabe recordar que en noviembre pasado el Colegio de Ciencia Política y Sociales de Hidalgo presentó los resultados de la primera encuesta de evaluación municipal, siendo la delincuencia e inseguridad el principal problema que la ciudadanía destacó en este momento. Y casualmente ese día, se tenía que dar el anuncio que dicho espacio de la sociedad civil había sido víctima de la delincuencia. Y no solo eso, en el mismo punto, meses atrás, Neuroforo también tuvo que mudarse por sufrir tres robos en menos de un año. La pregunta es, si hay una clara incidencia delictiva en ese punto, por qué no se actuó para garantizar unos de los compromisos de todo gobierno “el derecho a la seguridad”. Sin duda alguna Pachuca no puede carecer de cultura, de seguridad, de espacios libres de violencia, de calles en buenas condiciones, alumbrado público, etc. El gobierno municipal en su conjunto debe trabajar de manera conjunta y coordinada, el cabildo debe ser un verdadero vínculo con la ciudadanía, para convertirse en un real y autentico contrapeso a la presidencia municipal. Que no se normalice lo siguiente: mientras los gobiernos perecen, la ciudadanía los padece. Sin duda alguna, se tiene que abrir la discusión sobre nuevas formas de integración de ayuntamientos.
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