No son momentos de campaña política, ni momentos para ver derrotado a un adversario político, o buscar minar el trabajo del Gobierno de la República y esperar lo peor en esta emergencia sanitaria.
Esta actitud es la más ruin y cobarde políticamente, buscando desestabilizar a través de las dispersión de la desinformación, el pánico y el caos.
Sin embargo vemos, en medio de estas discusiones que no abonan en la lucha contra la pandemia, a muchos actores político, líderes partidarios, gobernadores y hasta un expresidente, muchos de ellos, casi todos cómplices de que hoy tengamos un frágil sistema de salud, utilizando las redes sociales como el ring político.
Pero olvidan lo más importante, detrás de sus discusiones hay millones de familias que están preocupadas no por la crisis económica que vendrá, sino por la que ya viven.
Uno de los saldos de esta pandemia debe ser la construcción de gobiernos racionales, cuyas decisiones tomen como punto de partida a la ciencia, y no los intereses político partidarios, de grupo o facciosos.
Es momento de que los partidos políticos no escatimen, limiten o regateen el renunciar a los millones de pesos que se les da como financiamiento público, en este momento de emergencia sanitaria no hay procesos electorales, no hay campañas, no hay actividades públicas, por lo que no se justifica que reciban dinero público.
Y no sólo eso, también deben ceder sus espacios en radio y televisión, para que sean utilizados para difundir las diferentes medidas de prevención contra la pandemia y esto debe ser hasta la conclusión de la pandemia.
No hay justificación, no hay pretextos, no hay excusas que valgan ante esta crisis, renunciar al dinero público, no es para apoyar a un partido es para fortalecer las acciones en contra de una pandemia global.
Twitter: @alfreduam