Con los resultados preliminares de las recientes elecciones realizadas en Puebla, Baja California, Tamaulipas, Aguascalientes, Quintana Roo y Durango, se deberán realizar diferentes análisis, principalmente, considerando la discusión de la nueva reforma electoral. Ya que no es proporcional el doble gasto electoral, es decir el gasto federal y estatal, que se otorga a los organismos electorales, autoridades jurisdiccionales, y partidos políticos, y el nivel de participación electoral, que en este elección fue muy baja, con un promedio de abstención del 66%, tema que analizaremos en otro momento. También es importante mencionar que esta elección no se puede considerar ni parteaguas para las siguientes elecciones (específicamente Hidalgo), y tampoco una evaluación del gobierno federal, ya que el bajo nivel de participación no permite conocer realmente la postura social. Es decir, quienes no salieron a votar lo pudieron hacer por un desgaste electoral; porque una animadversión al sistema político en su conjunto, o porque están satisfechos con el desempeño gubernamental, pero no es posible descifrar, la verdadera razón del porque la población no acudió a votar. Sin embargo, de acuerdo a los resultados existentes y considerando la suma de votos de todas las elecciones, podemos ver la configuración de un sistema bipartidista, resultado de posiciones ideológicas diferentes, tal como ocurrió en las elecciones presidenciales. Los partidos que se mantienen arriba de la lucha electoral es MORENA con el 27% de la votación, y el PAN con el 31%. Más atrás el PRI, con el 14% y el resto de los partidos con porcentajes del 35% al 5%.
Quien gana y quien pierde, es un tema a discutir por separado, porque se debe considerar el perfil de los estados y no es lo mismo ganar una gubernatura, que un municipio o un distrito electoral.
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