Cultura

La tibieza ante el llanto de los toros

En este espacio he tratado ya la incongruencia de las corridas de toros. En octubre de 2022, a propósito del anuncio de la cartelera de toros en el marco de la Feria San Francisco de Pachuca, escribí una trilogía: “La feria de la vergüenza”, “La feria del sufrimiento” y “La feria de la incongruencia”, publicada consecutivamente los días 5, 12 y 19 de ese mes. En ese acercamiento a la crítica de la fiesta brava, trate el tema desde el documento sobre el dolor y el sufrimiento de los toros durante la corrida que publicaron expertas en bioética encabezadas por la doctora Beatriz Vanda; desde la parafernalia del dolor y el sentimiento de superioridad de quienes se dicen entendidos en la materia (personajes que siempre asocié a lo peor del viejo régimen político de este país); y desde la incongruencia de matar toros en el marco de la celebración del Santo Patrono de los animales.

Al siguiente año, en 2023, volví al tema el 19 de septiembre, cuando ya avanzado un año de la alternancia en Hidalgo, se volvieron a sacrificar 24 toros para el deleite refinado, según, de un grupúsculo de bárbaros en el contexto de la feria. Luego, le pedí a la IA que hiciera el trabajo que no han podido hacer nuestro legisladores animalistas y verdes: que escribiera una propuesta de ley antitaurina (pueden consultar el texto inteligencia artificial contra la fiesta brava, publicado el 27 de septiembre de 2022). Una semana más tarde, volví a la falacia –machista y retrógrada– de la valentía del torero, pues es sabido que se enfrenta a un animal imponente, sí, pero que es lastimado y herido a propósito antes del ruedo y que, además, es dócil por naturaleza.

Y justo la semana pasada, intenté poner sobre la mesa, junto a los debates ya mencionados, el hecho del sesgo de clase que hay en decisiones como mantener las corridas de toros bajo la égida de la “cultura” y la caza legalizada bajo la absurda etiqueta del “deporte” y el “turismo”. Es decir, he intentado sentar las bases de una crítica justificada en contra de ese entretenimiento barroco y absurdo, sobre todo porque la transición a un orden político progresista supondría también uno en el orden de la percepción ética del entretenimiento basado en la tortura y sufrimiento de animales sintientes. Me indigna el hecho de que la tibieza de las autoridades ante la evidencia del sufrimiento, dolor y angustia que experimentan los toros durante la lidia no genere en la población no digamos ya reacciones incendiarias, sino al menos indignación. A veces me pregunto, inevitablemente, si no estaré mal yo, pues. Al carajo.


Google news logo
Síguenos en
Alfonso Valencia
  • Alfonso Valencia
  • @eljalf
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.