Política

La seguridad de la Presidenta

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El descuido de la semana pasada que convirtió a la presidenta de México en víctima de abuso sexual, según se definen los toqueteos y manoseos en el Código Penal Federal, es un llamado de atención para cuidar no solo a la líder política, sino a la jefa de Estado de México, cuya seguridad es indispensable, entre otras cosas, para garantizar la estabilidad económica, política y social del país.

La cercanía con “el pueblo” no debe ser sinónimo de arriesgarse.

A diferencia de AMLO, la Presidenta ha tomado decisiones que afectan directamente los intereses de líderes criminales y sus grupos delictivos. Entregas a Estados Unidos, detenciones y combate frontal. Y no, no se le pueden atribuir esas funciones solo al Gabinete de Seguridad.

De hecho, la última vez que entrevisté en televisión al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, me dijo varias veces que quien encabeza la estrategia de seguridad y marca la ruta en ese tema es la presidenta Claudia Sheinbaum.

Si él es el que ejecuta esas directrices y está fuertemente custodiado, utiliza una camioneta con el blindaje más poderoso del mercado y hasta cambia constantemente de domicilio para evitar un segundo ataque en su contra, como el que sufrió en 2021, también deberían proteger a la Presidenta.

El descuido de la semana pasada reveló las fallas de su equipo más cercano, conocido como Ayudantía, cuyo jefe estaba ¡grabando! con su celular en lugar de prestar atención a quienes se le acercaban. Además, evidenció una falla brutal de seguridad: nadie resguardaba su espalda.

Al día siguiente del evento volvieron a exponer a la Presidenta. Al visitar un centro de inteligencia artificial en Tláhuac, su auto fue rodeado por jóvenes del lugar y otros simpatizantes que la querían saludar. Se generó un tumulto como los que se hacían en su campaña, pero ya no es candidata, es la Presidenta. El automóvil apenas podía avanzar, hubo forcejeos. Pudo incluso haber un accidente a su alrededor. Ese vehículo, que por la altura la pone en desventaja frente a la gente que está de pie, ni siquiera está blindado, como tampoco lo están las camionetas que la trasladan en sus giras por el país.

Si se definen espacios de convivencia con personas previamente revisadas en cada uno de sus actos serán conversaciones más agradables para ambas partes. Los simpatizantes se sentirán escuchados, hoy esos instantes los hacen ver ignorados, y ella podrá prestarles más atención.

Nadie va a dejar de querer a la Presidenta si la cuidan como deben cuidarla.


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Alejandro Domínguez
  • Alejandro Domínguez
  • alejandro.dominguez@milenio.com
  • Periodista por pasión. Dirijo y conduzco #AlexEnMilenio L-V #22hrs. Escribo la columna #RecuentoDeLosDaños cada martes. Profesor en la Universidad Iberoamericana
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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