Política

La caída de los intocables

Durante décadas, en Puebla se vivió con la certeza de que había organizaciones que eran intocables como la 28 de Octubre y Antorcha Campesina que lo mismo bloqueaban calles que tomaban oficinas públicas, y siempre salían bien libradas.

Jugaron como si Puebla fuera su tablero de Monopoly. Calles, mercados, transporte, ambulantaje… todo les pertenecía. A la ley la vieron como un estorbo y a los gobiernos como unos empleados más.

Tenían la fórmula perfecta al escudarse en causas sociales y ambas organizaciones perfeccionaron el arte de la protesta como chantaje.

La UPVA 28 de Octubre nació en 1972; Antorcha Campesina, en 1974, ambas bajo la bandera de representar a los sectores marginados. Ambas, hoy, convertidas en estructuras de poder fáctico.

Los Sarabia llevan medio siglo moviendo los hilos de la 28 en la zona metropolitana. Antorcha extendió sus redes más allá, con presencia en el interior del estado e incluso fuera de él. Pero la lucha social se les convirtió en negocio y la protesta, en pretexto para el control.

¿Y cómo no iban a crecer si durante años contaron con la complacencia y la complicidad de gobiernos municipales y estatales?

Tomaron calles, invadieron espacios públicos, instalaron ambulantes en cada rincón de los hospitales y mercados. Operaron flotillas de taxis pirata. Colaron prestanombres para pelear concesiones del transporte. Controlaron estacionamientos como el de los estadios, sin mencionar las propiedades privadas invadidas, amenazas, violencia. Todo, fuera de la ley; todo, bajo el cobijo de sus “causas sociales”.

Pero todo imperio, por más grotesco, enfrenta su caída.

Alejandro Armenta llegó al poder y contra todos los pronósticos, empezó a mover las piezas. Los sacó de las revisiones de concesiones, les quitó el negocio del estadio, les puso un alto. Por fin, alguien les dijo “ya estuvo”.

¿Y cómo responden? Como siempre: con marchas, con gritos, con caos. Pero esta vez algo cambió y parece que ya no hay quien los proteja. Ya no hay línea desde arriba y el control, ese que presumían absoluto, empieza a desmoronarse.

Por último: ¿Qué tienen en común el mercado Morelos, Hidalgo, La Cuchilla, Unión, Independencia y otros?

Dos respuestas, incómodas pero evidentes:

1. El narcomenudeo ha echado raíces dentro y fuera de esos mercados.

2. Y en todos, opera (y manda) la 28.

Si de verdad se les acabó la fiesta, lo mínimo que merecemos los poblanos es ver quién paga la cuenta.


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Alberto Rueda
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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