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'Los niños perdidos'

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  • Adriana Malvido

Aun día de que Trump asuma el poder, el muro, las deportaciones, el TLC, la devaluación, el éxodo de empresas automotrices... son temas que acaparan la atención. Extraviados en ese mar de asuntos nadan los más vulnerables, aquellos a quienes la escritora mexicana Valeria Luiselli llama Los niños perdidos.

En el verano de 2014 cruzaron solos hasta Estados Unidos más de 47 mil niños desde Honduras, El Salvador, Guatemala y México. Impactada con la noticia, la narradora, que vive en Harlem y da clases en Hempstead, decidió trabajar en la Corte Federal de Inmigración de Nueva York para ayudar a los menores indocumentados como intérprete. Entonces, la autora de Los ingrávidos no imaginaba la reacción de sus alumnos al conocer la historia de tantos seres humanos a quienes "les quitaron el derecho a la niñez" y viven amenazados con la deportación. Tampoco planeaba convertir la experiencia en el libro Los niños perdidos (un ensayo en 40 preguntas), que publicó en 2016 a petición de la editorial Sextopiso.

"¿Por qué viniste?", la primera de las 40 preguntas del cuestionario de admisión para los menores indocumentados que cruzan solos la frontera, es el inicio de un viaje a las entrañas de aquello que expulsa a tantos niños de su país de origen: la violencia, la pérdida de comunidad, familias dispersas, bandas criminales y pandillas al acecho, la indiferencia de los gobiernos... "Ponle ahí en tu libreta que no hacen nada por nadie como yo, que ese es el problema", le dice un adolescente hondureño a Luiselli.

Valeria reconoce que "contar historias no sirve de nada. No arregla vidas rotas. Pero es una forma de entender lo impensable". En esta joya de libro, como en la vida, la luz se las arregla para atravesar la neblina. Y es cuando sus alumnos deciden "transformar el capital emocional —la rabia, la tristeza, la frustración...— en capital político". Y constituyen la Teenage Inmigrant Integration Association (TIIA), que ofrece gratuitamente: clases de inglés, cursos de preparación para la universidad, deportes, un programa de radio,
y un grupo de debate sobre derechos y responsabilidades civiles a los migrantes, para integrarlos, darles sentido de pertenencia.

Es gente común haciendo cosas extraordinarias. En México, ¿qué les ofrecemos a los niños centroamericanos que pasan por aquí, a los haitianos en Tijuana o a los cubanos en Tapachula?

adriana.neneka@gmail.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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