Cultura

Planetas

Además de los planetas que conocemos desde la antigüedad y que pueblan nuestro sistema solar, en épocas recientes hemos descubierto otros, los cuales de manera egocéntrica hemos denominado exoplanetas. Son un montón, y conforme pasa el tiempo, los telescopios develan muchos más. Se supone que, según nuestras teorías de cómo se forman los planetas, existe una cantidad exorbitante de estos cuerpos en cada galaxia. Todo tiene que ver con la evolución de las estrellas, astros que dan vida a los planetas. Se trata, pues, de un proceso muy común y, por lo tanto, debemos esperar no solo una gran cantidad de planetas, sino de posibilidades para desarrollar algún tipo de vida. Asteroides y cometas no cuentan, pues no poseen las cualidades necesarias y solo son meros objetos de entretenimiento visual.

Tenemos esta irrefrenable tendencia a querer encontrar vida (según como la entendemos) en otros cuerpos celestes, y de esta manera hemos creado una zoología fantástica en donde casi todos los seres que pueblan estos lugares son sospechosamente antropomórficos. Y además hablan nuestras lenguas o, por lo menos, las entienden.

El tema es vasto. Pienso que la magia implícita en estos planetas depende de nuestra capacidad para imaginar, con el conocimiento científico que se tenga, de cómo serían las condiciones allí: atmósferas, mares, actividad geológica, la rotación del planeta, la o las estrellas en su sistema, etcétera. Hay mundos fantásticos allá fuera, sin duda, sitios literalmente increíbles, con condiciones extrañas, insospechadas, con procesos que bien podrían caber en una novela de ciencia ficción o imaginados bajo el influjo de drogas psicotrópicas. En estos mundos no es necesario suponer que debe haber algún tipo de vida, eso, creo, es un asunto especial, pues hablamos de un fenómeno que en términos de probabilidad es bajo. Claro que con la cantidad de planetas que teóricamente pueblan el universo, esta cifra podría no ser tan despreciable.

Hace tiempo tuve un sueño; en una parte del universo existe una galaxia donde las estrellas emiten lengüetas de plasma de muchos colores y los planetas de esos sistemas solares son tetraedros irregulares, hechos con una mezcla de cristales y metales. Allí habitan conciencias –no cuerpos–, solo esencias energéticas consolidadas en núcleos luminiscentes y pulsátiles. Aparecen espontáneamente y quedan atrapados en estas estructuras de cristal y metal y como no nacen, crecen, disfrutan de las excitaciones y pulsiones de la vida y no mueren, se la pasan pegando alaridos de desesperación, pues aquellas existencias están atrapadas en un ciclo prácticamente eterno y esto representa una verdadera pesadilla, un horror existencial, cósmico.

De niño disfrutaba escuchando la obra más conocida de Gustav Holst, Los planetas. Al escucharla, imaginaba nuestros planetas como mundos misteriosos, llenos de cosas raras y de procesos estrambóticos.

Lo que hace del universo tan interesante no es lo que sabemos de él, sino lo que ignoramos. Y nuestras mejores herramientas para tener una idea del mismo son la ciencia y la imaginación, entre otras potencias. Esta combinación volátil y enérgica produce escenarios estrambóticos que, demostrado está, resulta en visiones que terminan por ser develadas por los instrumentos y la matemática futura.

Pero no solo son los planetas los portadores de esta magia imaginativa y científica; los cometas y otros cuerpos errantes también presentan posibilidades interesantes. Basta con ponerle atención al objeto más reciente, el cometa 3I/Atlas, para recordar que Arthur C. Clarke escribió en 1972 una novela adelantada y lúcida, Encuentro con Rama. Más o menos lo que estamos viviendo ahora.

Insisto: nuestra comprensión del universo estriba en esta preclara combinación de ciencia, intuición, contemplación e imaginación. Poderosa mezcla con la cual hemos ido, progresivamente, ensamblando una idea concisa de este maravilloso misterio que es el universo y nuestro lugar en él.


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Adrián Herrera
  • Adrián Herrera
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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