Esta semana se realizó la séptima edición del Global Entrepreneurship Summit. Tuvo lugar en el lugar más emblemático de la innovación de Estados Unidos y quizá de todo el mundo: Silicon Valley. Ahí se reunieron cientos de personas de prácticamente todo el mundo para promover el emprendimiento como una solución a los problemas globales.
Uno de los encuentros más mencionados en redes sociales y en los medios de comunicación fue la conversación que sostuvieron el Presidente de Estados Unidos y Mark Zuckerberg con emprendedores. El político le pidió al fundador de Facebook que hablara sobre la plataforma que está creando para impulsar el emprendimiento:
"Para mí, emprender se trata de crear un cambio, no solo de crear empresas. Y los emprendedores más eficaces que he conocido definen con mucho cuidado la misión de su proyecto y el cambio que están tratando de provocar. Y muchas veces aún ni empiezan porque están tratando de crear una empresa", respondió.
Las palabras de Zuckerberg son inspiradoras. Temo que muy pocos emprendedores anteponen la misión de su proyecto al éxito económico o a la creación y supervivencia de su empresa. De hecho, tengo la impresión de que muy pocos emprendedores comienzan con el sueño de cambiar el mundo. Pero, como siempre, este espacio es una proyección de su autor.
Hace años, cuando la idea de emprender volvió a mí, sin duda que me inspiraba hacer un cambio grande. Ahora reconozco que mi ímpetu obedecía más a cuestiones de ego y a una oportunidad de mercado que a la intención de provocar un cambio positivo en mi entorno.
Comencé la compañía con un servicio que atendía más o menos bien la necesidad de un mercado. Pero no hacía ninguna diferencia para el mundo. Luego de un arranque bueno, me separé del otro fundador de la empresa y comencé a tomar un coaching para emprendedores que me sacudió fuertemente desde la primera sesión.
Mi coach me preguntó cuál era mi propósito de vida. Qué pregunta tan difícil. De pronto me vi pensando qué quería hacer la segunda mitad de mi vida. Ahí me volvieron los ímpetus de crear un cambio como el que tuve en el origen de mi segunda experiencia emprendedora. Pero esta vez el espíritu de provocar un cambio no estaba en el ego, sino en aportar algo que realmente haga una diferencia positiva para alguien.
Supongo que eso influyó en que algunas estrellas comenzaran a alinearse. Eso no significó que los problemas de administrar una empresa de reciente creación se solucionaron o simplificaron. Significa que conscientemente comenzó una búsqueda del cambio en que quiero participar. No sé cuánto me llevará encontrarlo, por eso quiero atender los consejos de una querida amiga que tiene como mantra Enjoy the process.
Y ésta es también mi recomendación para todos los emprendedores. Emprender es un camino más que un lugar al cual llegar. Y si lo hacemos, los resultados positivos llegarán. Y si no llegan, nadie nos quitará el placer de haber transitado por un camino que elegimos nosotros mismos, ni la sabiduría que para entonces tengamos por haber descubierto que ése no era el camino correcto.
*Fundador de VenturaMedia, firma que promueve la cultura emprendedora.
@adolfoconected
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