Por: Marco Antonio Fernández y Laura Noemí Herrera
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
Como cada año, el gobierno federal ha presentado el proyecto de cómo planea gastar los recursos federales durante el próximo ejercicio. En un escenario que propone una recuperación económica favorable a lo largo de 2022, el presupuesto educativo recibe un 2 % más de recursos que en 2021. Sin embargo, su monto absoluto es la propuesta de recursos más baja presentada en los últimos cinco años, desconoce completamente la crisis educativa que atravesamos tras los efectos del covid-19, y no deja indicios de que se busque invertir en aquellos programas determinantes para alcanzar la inclusión, equidad y calidad educativa establecidos en el Cuarto Objetivo de Desarrollo Sustentable. Podría argumentarse que lo acotado del presupuesto educativo se debe a que las finanzas públicas están aún más comprometidas por las afectaciones económicas del país, sus efectos sobre la recaudación y la multiplicación de necesidades sociales, como las del sector salud. No obstante, en este panorama de suma complejidad las autoridades hacendarias han encontrado márgenes para redireccionar recursos a las prioridades presidenciales.
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