A medida que llegan a su final los primeros 100 días del gobierno de Donald Trump en un comienzo turbulento de su presidencia, él y Xi Jinping establecieron un segundo calendario en un esfuerzo por evitar una guerra comercial total entre las dos economías más grandes del mundo.
El plan de 100 días para abordar los desequilibrios comerciales entre China y Estados Unidos fueron el resultado más importante de la reunión entre los dos presidente que se realizó la semana pasada en Mar-a-Lago, Florida.
Todavía se trabaja en los detalles del plan, pero es probable que se incluyan concesiones chinas en todo, desde las importaciones agrícolas hasta la inversión extranjera en su sector financiero, de acuerdo con funcionarios chinos y estadunidenses que participaron en las negociaciones.
Al hablar con los periodistas al final de la primera reunión cara a cara entre Trump y Xi el viernes, los funcionarios del gabinete estadunidense dijeron que el objetivo era acordar una forma de aumentar las exportaciones de EU a China y reducir el déficit comercial de 347 mil millones de dólares en productos entre los dos países.
De acuerdo con Andrew Nathan, un sinólogo de la Universidad de Columbia, es lo más fácil para ofrecer. “Los negociadores de EU tocan una puerta que es relativamente fácil abrir cuando ponen como prioridad mejorar la balanza comercial sin limitar las exportaciones chinas a EU, y más bien aumentar las exportaciones a China”, dijo.
“En primer lugar se canceló la guerra comercial, así que eso es un alivio para Pekín y para todo el mundo. En segundo lugar, es un proceso sencillo que puede manejar la clase dirigente china. Pueden buscar y elegir qué importar”.
Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, y Wilbur Ross, secretario de Comercio, dijeron el viernes que los funcionarios chinos estuvieron de acuerdo en la necesidad de una relación comercial más equilibrada, en parte debido a su preocupación por los peligrosos desequilibrios financieros en la segunda mayor economía del mundo.
China está inundada de ahorros que alimentan inversiones antieconómicas y burbujas periódicas que afectan todo, desde el ajo hasta las zonas económicas especiales.
“Expresaron su interés en reducir su balance comercial neto debido al impacto que tiene en la oferta de dinero y la inflación”, dijo Ross. “Es la primera vez que los escucho decir eso en un contexto bilateral”.
Aun así, respecto a los resultados de la cumbre, acordar elaborar un plan es un logro relativamente modesto. “Mi intuición dice que esta es la forma china de decir “vamos a hablar’”, dijo un ex funcionario estadunidense.
Pero para mucha gente que a principios de año estaba preocupada de que el impetuoso presidente estadunidense pueda desatar una guerra comercial con China, el resultado fue alentador. “La atmósfera en las conversaciones fue buena”, dijo Chu Shulong, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Tsinghua, en Pekín. “El comercio es el tema que más preocupa a EU y China. Pero parece que se puede evitar una guerra comercial al menos para los próximos 100 días mientras los dos lados están en negociaciones”.
Hay muchos puntos de fricción en el corto plazo. El Tesoro de Estados Unidos está a unos días de publicar su último informe monetario bienal en el que puede tomar medidas para etiquetar a Pekín como un manipulador de la moneda, aunque es poco probable a raíz del acuerdo de la semana pasada. También existe una preocupación cada vez más grande en Washington acerca de la inversión china en las empresas estadunidenses de semiconductores y de otro tipo de tecnología que puede llegar a ser una amenaza de competencia a largo plazo para la economía estadunidense.
Ross, quien, dirige el equipo de comercio de Trump, asistió a las reuniones con áreas prioritarias para discutir. Sorprendentemente, los chinos respondieron con la idea de un plan de 100 días, acogiendo una base de la política estadunidense desde que Franklin Roosevelt prometió una respuesta rápida a la Gran Depresión de 1933.
El formato claramente le gustó a la administración Trump, que en repetidas ocasiones prometió tener victorias rápidas en el comercio. “Normalmente las discusiones comerciales, sobre todo las que hay entre China y nosotros, se clasifican en varios años”, dijo Ross. “Dada la gama de temas y su magnitud, puede resultar algo ambicioso. Pero es un gran cambio para el ritmo de las discusiones”.
Algunos dudan que se pueda lograr algo realista. “¿Trump logrará tener un equipo completo para realizar negociaciones de manera efectiva en un plazo de 100 días, ya que no tiene ni una estrategia china ni un equipo para China-Asia en su lugar? , pregunta Steve Tsang, director de SOAS China Institute, en Londres. “Esto a lo mucho es aspiracional”.
Los funcionarios chinos le dijeron a los visitantes en Pekín que creen que pueden navegar lo que esperan sea un enfoque de transición de Trump en la relación. “Toman una especie de enfoque que asumen con los países en desarrollo: ‘¿Qué tanto se requiere para sobornarte?”, dijo una persona que recientemente se reunió con los responsables de las políticas en la capital china.
“Se establece un proceso de negociación hecho a la medida para los anuncios del tipo de Trump sobre acuerdos concretos para las exportaciones de esto o las exportaciones de aquello, que hacen ruido pero que son demasiados discretos para tener un efecto estructural en el déficit comercial de EU”, dijo el profesor Nathan.
Información adicional de Xinning Liu.