La nueva norma ambiental para detener la importación de camiones de carga usados procedentes de Estados Unidos ayudará a una industria golpeada que registra caídas en la producción de nuevas unidades, esto porque por cada 100 nuevos camiones armados, entran 61 usados, de acuerdo con el director de Asuntos Públicos y Comunicación de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact), Alejandro Orozco.
En entrevista con MILENIO reveló que fueron ellos quienes pidieron la medida para detener la importación de unidades chatarra que, además de ser excesivamente contaminantes, representan por sus condiciones mecánicas un riesgo latente en las ciudades y carreteras del país.
“Aunque se tienen avances significativos para desechar la aplicación de 25 por ciento de arancel a la importación de unidades medianas y pesadas anunciado a principios de octubre por el mandatario estadounidense, es necesario también avanzar en el freno a la importación de vehículos usados que están afectando a la planta productiva y que por su antigüedad incluso mayor a 30 años, son un foco de inseguridad en las carreteras pues muchos de ellos ya alcanzaron un millón de millas”, expresó.
Precisó que tan sólo entre 2022 y finales del año pasado la importación de ese tipo de vehículos pasó de 8 mil 71 a 29 mil 790, un crecimiento de alrededor de 300 por ciento, además de que hasta agosto de este año ya sumaban 16 mil 614 lo que hace urgente checar los valores de entrada en las aduanas y echar a andar el acuerdo ambiental a través de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) con la que se analiza reducir de 20 a 10 años la antigüedad para que puedan ingresar al país.
“El problema ha crecido a tal magnitud que de cada cien vehículos nuevos que se incorporan a la circulación, se importan 61 usados que afectan significativamente al sector que además de la amenaza de aranceles enfrenta una competencia desleal que hay que frenar pues junto con todo el sector automotriz genera el 4.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), 2.1 millones de empleos y 35 por ciento del total de las exportaciones manufactureras”.
Beneficia presencia de armadoras líderes
Alejandro Orozco destacó que gracias a la presencia en el país de 14 armadoras líderes en fabricación de autobuses, camiones y tractocamiones se ha alcanzado un alto grado de integración comercial que mantienen sólido al sector que cabalmente cumple con el valor de contenido regional de 64 por ciento establecido en el T-MEC por lo que su posición es mantener el estatus del acuerdo comercial y no imponer aranceles por ser esta industria esencial tanto para México como para Estados Unidos donde se canalizan más de 90 por ciento de las exportaciones.
Indudablemente, precisó, la baja en producción y ventas está estrechamente vinculada a la incertidumbre arancelaria que afecta el momento y las decisiones de las industrias que demandan de nuestros vehículos, pero confiamos que una vez que se despejen las variables y se tenga información clara, los agentes económicos tomarán las decisiones de compra que nos permita recuperar el ritmo de crecimiento.
“La movilidad de bienes, servicios y pasajeros no se va a detener y nuestra industria va seguir abasteciendo los vehículos que se requieran y por esta razón se mantienen las inversiones orientadas a atender con celeridad las solicitudes de compra que seguramente presentarán una vez que se resuelva la incertidumbre arancelaria”, comentó.
Impacto por aranceles en EU
El pasado 6 de octubre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que a partir del primero de noviembre todos los camiones medianos y pesados que ingresen a su país estarán sujetos a un arancel de 25 por ciento, medida que esta semana se desactivó para continuar trabajando en el diálogo hacía la renegociación del acuerdo comercial.
De acuerdo al mandatario estadounidense la decisión tenía como propósito respaldar a los fabricantes en su país de vehículos pesados entre ellos Peterbilt, Kenworth, Freightliner y Mack Trucks.
Sin embargo, de aplicarse significa un golpe de hasta 15 mil millones de dólares, según proyecciones del subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, Luis Rosendo Gutiérrez, durante su participación en un foro de negocios.
Lo preocupante de que se imponga ese gravamen hasta ahora postergado, es que se daría en momentos en que la exportación de vehículos pesados al cierre de septiembre registra una contracción de 29.1 por ciento al pasar de 123 mil 857 a 87 mil 816 con relación al mismo período del año precedente lo que también ha incidido en una disminución en la producción de 162 mil 96 vehículos a sólo 106 mil 168 (menos de 34.5 por ciento).
Conforme al Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Pesados, elaborado por el Inegi, el principal destino de las exportaciones de unidades pesadas es Estados Unidos con 94.8 por ciento lo que refleja la alta dependencia del sector respecto a ese mercado que tan sólo al cierre de julio importó más de 32 mil millones de dólares de esa clase de vehículos.
Datos de la Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA) resaltan que en los últimos años México se consolidó como plataforma de exportación de camiones hacia el vecino país del norte duplicando sus envíos de 35 mil millones de dólares en 2010 a más de 72 mil millones de dólares el año pasado, situación que podría resultar afectada por la imposición de gravámenes cuyo primer gran impacto será el encarecimiento en el precio de las unidades y mayor caída en las exportaciones.
AG