El Programa Sectorial de Energía (Prosener) 2025–2030 reconoce que el sistema energético nacional sigue enfrentando una vulnerabilidad estructural: la alta dependencia del gas natural importado, principalmente de Estados Unidos.
Dicho documento fija como meta que, hacia 2030, el 38 por ciento de la generación eléctrica en México provenga de fuentes de energía limpia.
La meta de generación limpia se alinea con los compromisos establecidos en la Ley General de Cambio Climático y con los objetivos de transición energética del país, que contemplan una mayor participación de tecnologías como las siguientes:
- Solar
- Eólica
- Geotérmica
- Hidroeléctrica.
Sin embargo, el diagnóstico oficial advierte que el camino hacia ese objetivo convive con una realidad operativa distinta: el gas natural continúa siendo el insumo central para la generación de electricidad.
La importancia de este insumo se debe a que este funciona como respaldo para integrar fuentes limpias intermitentes y garantiza la estabilidad del sistema eléctrico.
El peso del gas natural en México
De acuerdo con el Prosener, el gas natural representa alrededor del 65 por ciento de los combustibles utilizados en la generación eléctrica, debido a su costo, disponibilidad y flexibilidad operativa.
No obstante, esta ventaja técnica se traduce también en un riesgo estratégico, ya que cerca del 70 por ciento del consumo nacional de gas natural se cubre con importaciones.
“Alrededor del 70 por ciento del consumo interno se hace con producción proveniente del extranjero, en particular de los Estados Unidos, lo que significa una materia pendiente a revertir para el fortalecimiento de la autosuficiencia” dice el documento publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
"Esto se lograría mitigando la dependencia y la falta de seguridad energética que puede ocasionar no contar con un recurso estratégico propio como es el gas natural", señaló.
Según el balance nacional de energía, en la actualidad el gas natural sigue siendo el segundo hidrocarburo de mayor importancia en la producción de energía primaria en el país, representando alrededor del 26 por ciento.
“Sin embargo, se trata de una tendencia que aún sigue representando un reto para alcanzar la independencia energética y contribuir al desarrollo económico nacional, ya que a pesar de que se impidió detener la caída, no se logró aumentar la producción interna”, dicta el documento.
Durante 2024, el consumo de gas natural alcanzó los 8 mil 845 millones de pies cúbicos diarios, mientras que la producción nacional resultó insuficiente para cubrir la demanda.
El déficit, de aproximadamente 6 mil 424 millones de pies cúbicos diarios, fue cubierto mediante importaciones, principalmente desde Estados Unidos.
La Secretaría de Energía (Sener), reconoce que esta dependencia externa constituye una vulnerabilidad para la autosuficiencia, la seguridad y la soberanía energética del país.
“La situación del gas natural requiere ser considerada con seriedad, ya que es uno de los energéticos de mayor importación a nivel nacional, al igual que la gasolina y el diésel", se lee en el documento.
"Estos tres tipos de energéticos son los que actualmente alimentan la dependencia energética, respecto de los Estados Unidos, que el gobierno actual planea reducir” dice.
Producción de gas natural, la prioridad en 2026
El documento subraya que, a diferencia del petróleo, para el cual se establecen metas claras de estabilidad y recuperación productiva, el gas natural sigue siendo una tarea pendiente del sistema energético.
Aunque el gobierno plantea impulsar la producción nacional, el crecimiento de la demanda ha superado la capacidad de recuperación del suministro interno.
En este contexto, la dependencia plantea fortalecer la producción de gas natural a través de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Este plan de desarrollo se da con el objetivo de alcanzar niveles cercanos a los 5 mil millones de pies cúbicos diarios, reducir la quema y el venteo, así como disminuir gradualmente la dependencia de las importaciones.
Entre 2018 y 2024, la producción bruta de gas natural pasó de 4 mil 821 a 4 mil 586 millones de pies cúbicos diarios, mientras que la quema y el venteo se mantuvieron en alrededor de 363 millones de pies cúbicos diarios, lo que evidencia los retos técnicos y operativos del sector.
La quema y el venteo de gas representan un doble desafío:
- El desperdicio de un recurso estratégico en un país altamente dependiente del exterior.
- Una fuente relevante de emisiones que entra en tensión con los compromisos climáticos y los objetivos de transición energética.
Finalmente, el documento identifica la eficiencia energética como un componente complementario para reducir presiones sobre el sistema, con una meta de reducción anual de la intensidad energética de 2.9 por ciento hacia 2036.
No obstante, deja claro que, mientras el gas natural siga siendo el pilar de la generación eléctrica, la transición energética de México estará condicionada por una dependencia externa que el propio gobierno reconoce como una de sus principales vulnerabilidades.
AG
