El fiscal especial de Estados Unidos, Robert Mueller, que investigó la llamada "trama rusa" y su relación con la campaña electoral de Donald Trump, insistió hoy en que la acusación formal contra el mandatario "no era un opción" dada la normativa del Departamento de Justicia.
En sus primeros comentarios públicos desde que comenzó la investigación en mayo de 2017, también se refirió a si hubo intentos de obstruir su investigación.
"Acusar al presidente de un delito no fue una opción que pudiéramos considerar", indicó Mueller en una declaración en el Departamento de Justicia.
Según Mueller, la política del Departamento de Justicia le impide presentar cargos contra un presidente en ejercicio.
"Llegamos a la conclusión de que de ninguna manera podríamos a dictaminar si el presidente cometió un delito", añadió.
Mueller dijo que su informe de 448 páginas hablaba por sí solo.
"Más allá de lo que digo hoy acá y lo que está en nuestro trabajo escrito, no creo que sea apropiado que siga hablando", dijo Mueller en una breve aparición ante periodistas en la sede del Departamento de Justicia.
Una versión editada del informe de Mueller se publicó en abril, la que concluye que la campaña del presidente Donald Trump no participó en una conspiración criminal con Moscú para llegar a la Casa Blanca.
Mueller no quiso emitir un juicio sobre si Trump obstruyó la justicia, pero el informe describió 10 casos en los que el presidente intentó impedir la investigación.
Trump ha insistido en que la investigación de dos años lo exoneró, tras haberla denunciado repetidamente como una caza de brujas.
jos